domingo, 31 de mayo de 2009

Estocolmo, maratón, finlandeses y nuestra imagen

Fin de semana en Estocolmo con una gran amiga. Dos mujeres solas, en una ciudad completamente nueva para ambas. Nos conocimos a los 14 años y con 40 compartimos un viaje, con el bagaje que tenemos cada una, tras 20 años entremedias sin vernos. Pero hay personas con las que da igual si tienes 14 ó 40. Cada étapa de la vida es única, y no necesitas mirar al pasado y siempre podrás compartir presente y futuro ... y experiencias de viajes.

Estocolmo me ha parecido sorprendente: tanta agua por todos sitios y tantas islas, en las que se reparten las barriadas, unidas entre ellas por puentes. Quizá por eso sus gentes parecen tan tranquilas, por ese aire tan limpio, tanta naturaleza, tanta agua y tanto espacio. La sensación de claustrofobia que te puede dar un país tan pequeño como Holanda, por ejemplo, que en tan poco espacio aglomera 16 millones de habitantes, es todo lo contrario en Suecia, quinto país europeo en cuanto a su extensión, pero donde viven tan sólo 9 millones de habitantes. Por eso me sorprendió ayer la maratón de 18.000 participantes. Hoy en el avión me comentaba un corredor alemán que de ellos 5.000 eran finlandeses. Calculemos: teniendo en cuenta que Finlandia cuenta tan sólo con cinco millones y pico de habitantes, eso quiere decir que cada mil finlandés estaba corriendo por allí. Estadísticas sorprendentes. Como la población de renos en Suecia. No hemos visto ninguno, pero a juzgar por su representación en las tiendas de souvenirs, en forma de todo lo habido y por haber, deben de tocar a un reno por sueco, por lo menos. Y a isla por sueco, y a bosque por sueco. Por algo es modelo del estado del bienestar. Un modelo que seguramente hace agua por todas partes, pero que parece funcionar, al menos en lo que se ve como turista, que suele ser la visión idílica de cada país.

Sorpendente nos ha parecido el cartelito que hemos visto al desayunar en el hotel: "Por favor, no sacar comida de la sala de desayuno". No parecería raro sino fuera porque estaba escrito en primer lugar español y a continuación en inglés, y nada más. No en sueco, no en alemán, no en finlandés (deberían, con tanta representación en la maratón). Pienso que deberíamos reflexionar. No parece que tengamos muy buena imagen, si al parecer son los españoles los únicos que se llevan la comida del bufé. Son los momentos en las que una se siente orgullosa de la madre patria. Por lo menos a mí estas cosas me hacen pensar, y espero que al resto de mis compatriotas también.

jueves, 28 de mayo de 2009

"Milchmutter"

Milch = 'leche, Mutter = 'madre'

Otra palabra que me encanta. Uno pensaría con tal término en una madre que da el pecho a su hijo, teniendo en cuenta que existe también el término al revés, es decir, Muttermilch ('leche materna'). Pero se refiere a la labor que se realiza en muchos colegios alemanes. Son madres que van a servir leche en los recreos de manera voluntaria. Compran la leche y la venden a precio de coste. Los niños compran vales, en la actualidad a 10 cts., y con ellos pueden comprarse en el recreo un vaso de leche. Como a veces no hay suficientes madres para tal noble labor, de vez en cuando se hacen llamamientos, apelando al bienestar de nuestros hijos, como es el e-mail que acabo de recibir, y con el que casi le entra a una mala conciencia, pero por suerte sólo "casi". Ahora mismo, necesitan urgentemente al menos dos. Lo siento, pero yo no bebía leche en el recreo, y aquí estoy. Si a esto les sumamos a las madres que ayudan en la aktive Pause, o sea 'el recreo activo', otro grupito de voluntarias que van en los recreos a sacar y luego recoger diversos aparatos para que los niños disfruten más aún del recreo: patinetes, zancos y más cachivaches, para seguir organizando la diversión, no sea que a un niño se le vaya a ocurrir jugar sin aliciente o lo que es peor, pensarse algo o simplemente aburrirse, que por mucho que les moleste pienso que es muy sano. Si además contamos las que van a acompañar a los niños a nadar una vez por semana, cuando les toca, pues siempre se necesita ayuda, a las que organizan la participación de la clase en el triatlón de Hamburgo (no sea que se lo pierdan los niños), las que proponen ir además a entrenar con los niños por las tardes, para que hagan un buen papel en la competición, ... al final quedamos unas cuantas que tratamos de escaquearnos de todo, pensando en que nuestras madres no tenían ninguna de estas obligaciones y hemos crecido bien y sin traumas, y eran igual de buenas madres o mejores, pues ante todo eran naturales.

miércoles, 27 de mayo de 2009

El fútbol y la felicidad

Normalmente diría que lo segundo es más importante, pero no hoy. A punto de jugarse la final de la Champions, pienso en la felicidad que dará el equipo que gane a su forofos y el disgusto que se llevarán los que pierdan. Y es que la vida es así de injusta. No todos pueden ganar. La felicidad se basa en esos momentos efímeros en los que nos sentimos plenos: ya sea porque que gane tu equipo de fútbol, o nazca tu hijo o lo veas convertirse en una personita, o porque pases unas horas con las personas que amas, o por ver una buena película, contemplar una obra de arte, o el placer que dan la literatura, un viaje, y muchas cosas más. Son los momentos que nos llenan y que nos hacen olvidar todo lo demás, y que nos hacen sentirnos humanos y nosotros mismos, y para esto da igual el lugar donde se viva. En eso somos todos iguales. Porque la felicidad es ante todo estar en armonía contigo mismo, y eso lo puedes conseguir en cualquier sitio del mundo o en ninguno: en la final de fútbol o en tu casa. Depende de uno mismo y de las circunstancias. Qué gane el mejor. Yo me alegraré en cualquiera de los casos ... pero si es el Barça mejor, que el pasaporte tira ...

martes, 26 de mayo de 2009

Huelga de guarderías

Hoy ha sido convocada de nuevo una huelga de guarderías estatales en Alemania, con manifestaciones que han tenido lugar esta mañana, para presionar de cara a las negociaciones de mañana entre los sindicatos de este colectivo y la patronal. El objetivo de la huelga es alcanzar un convenio colectivo en materia de salud para los profesionales de este sector. Hace poco oí en la radio las revindicaciones de una educadora que exigía, por ejemplo, que no tuvieran que estar expuestas a tanto ruido de los niños o que no tuvieran que sentarse en sillas tan pequeñitas.

Por favor, seamos serios: si revindicaran un aumento salarial, que parece que también se esconde detrás de lo otro, pero en letra pequeña, lo entendería, pero en el último convenio se fijaron los salarios hasta 2011, o sea que tienen poco que hacer. Si exigieran una mejor preparación, más medios para los centros, más personal, con lo cual los grupos serían más pequeños y por tanto habría menos ruido... lo entendería también. Pero quejarse del ruido durante su trabajo es como si una enfermera revindicara no tener que ver sangre. Donde hay niños de esa edad (de 3 a 6 años) hay ruido, eso está claro. Mi experiencia de seis años en guaderías (llamadas Kindergarten) no ha sido muy positiva. Me he encontrado con educadoras a las que les hubiera pegado mejor trabajar como gobernantas de un hotel o en profesiones parecidas, con todos mis respetos hacia éstas, pues el trato hacia los niños me ha parecido siempre muy frío, aparte de que el concepto de educación entre los 3 y 6 años es muy distinto al de otros países. Se fomenta el conocimiento del medio y el niño irá montones de veces al bosque, a la cosecha de la patata, a esquilar una oveja, a montar en tractor, a la policía, a los bomberos... actividades todas muy interesantes, pero falta, en mi opinión un concepto pedagógico más allá del jugar. Así que manifiéstense, revindiquen, pero lo que verdaderamente necesita mejorar.

lunes, 25 de mayo de 2009

Horario escolar

Hoy es otro de esos días en los que pienso que me están tomando el pelo, a mí y a muchas otras madres más. Lo malo es que, como siempre, parece que yo soy la única que se altera. El horario escolar en Alemania es de ocho a una; no hay clase por la tarde, no hay comedor, no hay más que algunos centros de acogida a partir de esa hora, los llamados Hort, en los que se quedan los niños cuyas madres tienen que trabajar, con la sensación de ser los apestados, pues todos los otros se van felizmente a sus casitas, mientras que ellos, si ni siquiera hay un Hort cercano, tendrán que ir solos en autobús o como sea hasta allí (y hablo de niños de primaria, de entre 6 y 1o años). En nuestro colegio llevan hablando ya tiempo de montar uno, y nos dieron la perspectiva de que empezaría a funcionar a partir del curso que viene, pero ahora hay retraso por causas "ajenas a la voluntad del colegio". Vale, me lo creo porque sé como funcionan aquí las cosas: la burocracia es inmensa, y tendrán que pedir el permiso del permiso del permiso... y acogerse al párrafo X e Y de la ley de la enseñanza, hasta que esté todo atado y bien atado. Para entonces yo ya no lo necesitaré.

Pero por si fuera poco, a este horario tan reducido le recortan las horas que pueden. Cuando no es por el carnaval, es por la semana de proyectos (como es esta semana), y te mandan al niño con un papelito a casa, que mi hija me da siempre toda sonriente, pues sabe del cabreo que me voy a coger... Y entonces te explican que esa semana, o en tal día, habrá sólo clase de 8.30 a 12.30, por ejemplo, como es esta semana, ¡enterita!, pero te tranquilizan diciéndote que en caso de emergencia podrás dejar a tu hijo esa media hora más, que para eso están. Vale, eso he hecho durante mucho tiempo, como declaración de principios, pero siempre ha resultado que mi hija era la única de la clase que se quedaba, con el consecuente berrinche por su parte. Al final, he acabado por resignar, y hoy al ver a todos los niños salir felices del cole a las 12.30 he pensado que vivimos en un mundo feliz, pero irreal, en el que por un lado les quieren inculcar a los niños una independencia sorprendente, mandándolos ya solos al cole con seis añitos, pero atándolos a multitud de actividades extraescolares para rellenar el tiempo de por las tardes (algo hay que hacer, teniendo en cuenta el mal clima y el largo invierno) y haciendo de madres altamente cualificadas trabajadoras a media jornada, con el consecuente freno en la carrera profesional, o lo que es peor amas de casa que nunca han querido serlo. Aunque bueno, existe una raza de madres "pura sangre" fuera de serie, que utilizan su cualificación para hacer de sus hijos personas aún más cualificadas para el futuro, y que justifican los horarios como excusa para no tener que trabajar y poderse dedicarse de lleno a tal ambicioso proyecto. Es como lo de la gallina o el huevo. Qué está antes. No lo sé. Pienso que la oposición de los padres a cambiar el sistema es sintomático de esta sociedad tan anquilosada.

domingo, 24 de mayo de 2009

Loriot : el humor alemán

Hoy he visitado una exposición dedicada a Loriot, humorista alemán por excelencia. Nacido en 1923, ha sabido como nadie plasmar el humor alemán. Uno de esos personajes que se dan con poca frecuencia, por artista multifacético: dibujante, escritor, escenógrafo, actor y director de cine. Pero la imagen que predomina es la de sus sketches de televisión de los años setenta. Reconozco que he tardado años en reírme con este tipo de humor, tan serio y tan alemán. Durante años he visto estas historietas en la tele y no me han hecho especial gracia y me preguntaba si el humor es cultural. Y pienso que sí: no nos reímos de las mismas cosas. Los españoles producimos un humor más punzante, lleno de palabrotas (somos especialistas), y si bien ese humor también existe aquí en las nuevas generaciones de humoristas, pienso que nadie como Loriot representa ese humor alemán capaz de ridiculizar el modo de vida burgués y la falta de comunicación entre las personas, un problema muy alemán.

Soy asidua visitante de exposiciones, pero nunca en ninguna he oído a la gente reírse a carcajadas al contemplar lo expuesto. Y yo no he podido evitarlas al ver la famosa "Jodelschule", la escuela donde se aprende el lenguaje de las canciones tirolesas: . Un ama de casa acude a este cursillo, pues quiere tener su propio diploma de algo, y estar preparada para cuando los hijos crezcan y se vayan de casa y ser útil para la sociedad. El profesor realiza un dictado y corrige a los alumnos cuando los "holeri dedudeldi" o "diridiri dudeldi" no son correctos. O la archiconocida historia del señor todo estirado que le está haciendo una declaración de amor a la no menos seria candidata, y están en un restaurante y el le dice, "mírame a la cara y escucha lo que te voy a decir" y ella no hace más que mirar al trozo de espagueti ("Nudel") que tiene sobre el labio, y él no es más que un pedante que recrimina al camarero que la taza está sucia y lo que es peor, que hay un trozo de espagueti en el café.
Y es que como dice Loriot: "Heiterkeit ist ohne Ernst nicht zu begreifen", o lo que es lo mismo, la gracia no se entiende sin la seriedad. Entonces, si los alemanes son serios, la conclusión es que a pesar de todo tienen su humor y lo que es mejor, a veces (aunque por desgracia no siempre en la vida diaria), saben reírse de sí mismos.

sábado, 23 de mayo de 2009

60 aniversario de la República Federal

Alemania, como República Federal, ha cumplido hoy 60 años. Seis décadas desde el renacer de las cenizas, como país derrotado tras la Segunda Guerra Mundial, tras cuatro años como zona ocupada al acabar la guerra. El país puede estar orgulloso de lo alcanzado en estos 60 años. No del capítulo anterior. Si por algo se caracteriza el alma alemana es por la capacidad de tomarse todo muy en serio, lo bueno y lo malo. Con la misma seriedad con que se montó un régimen de terror, planeado y organizado hasta el último detalle, se salió de él y se realizó el milagro alemán. Los nacidos en los años 50 y 60 nunca han estado orgullosos de su país. Demasiadas preguntas sin respuesta de sus padres. Y con la misma determinación, se realizó la reunificación alemana, de la que todavía, sobre todo en el este del país mucha gente y nostálgicos se resienten. Porque sigue habiendo muchas brechas abiertas y problemas sin resolver. Pero las nuevas generaciones se identifican cada vez más con su país y creo que deben hacerlo.

Hoy pensaba sobre lo que significa Alemania. Pensemos en los tópicos: ingenieria alemana, en los coches, en los "cabezas cuadradas", en la cerveza, las salchichas, en los Alpes, en el castillo de Neuschwanstein, en Heidi y la Sta. Rottenmeier, y más imágenes que se nos ocurren al pensar en Alemania. Pero hay mucho más: una literatura fascinante, una actividad cultural muy intensa y lugares sorprendentes. Como en cualquier otro país, ni más ni menos. Así que que celebren los alemanes, que se sientan orgullosos de sus 60 años, que pueden.

viernes, 22 de mayo de 2009

Organización

Visita a la piscina. Al final, lo que debería ser una estancia relajante se convierte en un reto para no perder los nervios. Siempre se me olvida que en Alemania hasta te cronometran el ocio. Según llegas, al pagar la entrada te preguntan que si quieres estar una hora y media o tres horas. La primera opción es demasiado corta con niños, así que nos decantamos por la segunda. Pagas. Te dan una entrada que tienes que meter en una máquina. Se abre la puerta y el tiempo empieza a correr. Y empieza la organización. Con la misma entrada vas a una pared llena de llaves con números y la metes en la ranura correspondiente. Se enciende una lucecita roja debajo de la llave que te toca y el número de la misma te dice cuál es la taquilla que te corresponde para guardar la ropa. Por suerte te puedes cambiar en el vestuario que quieras ("qué libertad" pensé), pero la ropa la llevas al armario correspondiente. Coges la llave, que va enganchada a una pulsera, te la pones en la muñeca y te vas al agua. En un momento de descanso, les das a los niños unas galletas y algo de beber. Viene en seguida un chico que trabaja en la piscina a decirnos que no está permitido comer en las instalaciones (algo así me había parecido oír por los altavoces, mientras estaba en el agua, pero con el estruendo no lo oí bien o mi subconsciente español lo ignoró). Me disculpo diciendo que es la primera vez que estaba en esta piscina y que no lo sabía. Me sonríe al menos y me dice que no importa por esta vez (buf, qué suerte he tenido). Cuando se acerca la hora de salida, nos vamos a las duchas, y conseguimos estar listos antes de que se cumplan las tres horas desde que entramos (si se nos pasara la hora, no nos sacarían esposados pero sí que habría que pagar la diferencia). Nos dirigimos a la pared de las llaves, la metemos en su sitio y nos dicen que hay que darle media vuelta, que si no no podremos salir al meter la entrada en la máquina para salir. Eso justo les pasa a un par de familias delante de nosotros, que están ocasionando un atasco en la cola y empiezan a recibir miradas asesinas de las personas que han cumplido todas las normas y que quieren salir cuanto antes, no sea que tengan que pagar la penalización correspondiente... Los que han infringido la norma de no dar la vueltecita a la llave, tienen que salirse de la cola y volver al paredón, como se le podría llamar. Nosotros introducimos la entrada, y la máquina dice "Puede salir". Y respiro tranquila mientras paso por la puerta automática tras tres horas perfectamente organizadas y contenta de volver a ser yo la que cronometre y controle el resto del día.

jueves, 21 de mayo de 2009

Dia del Padre

Imagen del día: seis hombres jóvenes, cada uno con una botella de cerveza en la mano, y dos de ellos tiran de sendos carritos de madera (Bollerwagen) llenos de más botellas de cerveza y otras bebidas alcohólicas, comida (¡espero!), y un aparato para oír música (éste sí está a la vista). Van animados por medio del campo. La imagen se repite por toda Alemania en Christihimmelfahrt, la fiesta de la Ascensión, jornada festiva el tercer jueves de mayo. Curiosa forma de celebrar. Sin mujeres y sin niños, pues si celebran el Día del Padre será porque los tienen, así que al menos podían celebrar con ellos, como hacemos las madres en nuestro día. Es como volver a tener 16 ó 18 años y salir a emborracharse con los amiguetes, sin ningún otro plan. Debe ser curioso el regreso del padre por la tarde o noche, embriagado: "Mamá, ¿qué le pasa a papá?", "Que ha estado celebrando el Día del Padre, hijito, para olvidar que te tiene a ti, y que desde entonces su vida ha cambiado". Las estadísticas dicen que es uno de los días del año con más accidentes de coche (y eso que en Alemania se respeta bastante lo de no beber cuando hay que conducir) y con más broncas...

Me hace gracia que no haya consenso para la fecha. La más acertada elección me parece la española, con el día de San José, que bastante de padre tenía y más por el mérito que tuvo de ocuparse de uno que no era suyo. Los alemanes celebran en la Ascensión, los belgas el segundo domingo de junio, los holandeses el tercero, y hay más variedad de fechas por el mundo. El Día de la Madre está más repartido a lo largo del año de lo que yo me pensaba, pero en la mayoría de los países europeos se celebra el segundo domingo de mayo, o el primero, como en España.

El Día del Padre es uno de estos días que sorprenden en este país, por ser una de esas fiestas institucionalizadas como válvula de escape, como catarsis de un colectivo ¿oprimido? No lo creo: incluso en Alemania siguen siendo las madres las que llevan el peso de la educación de los hijos. Así que brindemos: Prost!, ¡a celebrar!
[Éste es el carrito típico utilizado, el Bollerwagen, normalmente usado en excursiones con la familia para meter las viandas y provisiones, e incluso a los niños y tirar de ellos.]

miércoles, 20 de mayo de 2009

Die Autobahn

= 'la autopista'

Es uno de los pocos lugares en los que los alemanes se reservan una parcelita de libertad, al menos en los tramos (cada vez menos) en los que aparece la señal eliminando todo límite de velocidad, y donde por fin, los Porsches, Mercedes, BMWs y Audis concebidos para estas velocidades, pueden demostrar que se encuentran en su país de origen. Ha habido varios intentos de eliminar esta libertad, una de las pocas que les quedan a los alemanes, un país donde todo está reglamentado, pero la oposición es tal que no se ha conseguido, ni se conseguirá, pienso. Teniendo en cuenta que es un país de 82 millones de habitantes y que circulan más de 40 millones de vehículos, no es de extrañar que se limite ya mucho más que antes, puesto que la densidad del tráfico no permite correr, aparte de que hay autopistas que están continuamente de obras (como la A1) en un tramo u otro. Si además, como es el caso, el carril de la derecha va totalmente lleno de camiones (no olvidemos que Alemania es un país de tránsito de mercancías de norte a sur, de este a oeste, y viceversa), sólo a horas de menos circulación los corredores podrán apretar el acelerador hasta los 200 ó 220 kms por hora sin pestañear. Pero pienso que si esto funciona es por el orden imperante en la carretera. Se respetan las normas (no siempre los límites de velocidad, claro), se adelanta debidamente, el carril de la izquierda es para adelantar y hay normas no escritas, como el que uno de los cochazos (de los que hay muchos) te venga avasallando por detrás para que te vayas a la derecha. ¡Porque aún hay clases!

martes, 19 de mayo de 2009

Kurtaxe

Kurtaxe: Kur = 'cura o tratamiento', Taxe = 'impuesto'

Dícese del impuesto que se cobra en los lugares de vacaciones considerados saludables porque estén al lado del mar o de un lago (el Lago Costanza, p. ej.) y con infraestructura de vacaciones, y en ocasiones con balnearios (para justificar la causa, claro). Este impuesto va a las arcas municipales, y se justifica como necesario para mantener limpias las playas y demás instalaciones (como baños públicos o duchas). Los visitantes que reservan una estancia en un hotel o apartamento lo pagan directamente por día de estancia, y los que van a la playa sin pernoctar en el lugar, lo pagan al entrar en ésta. Y ahí viene el shock: ver la taquilla al entrar en la playa y a la gente pagando religiosamente la entrada, como cuando vas al cine. Hay playas donde es más fácil el acceso sin pagar, pero al rato vendrá alguien pidiéndote o el resguardo de que has pagado o el pago correspondiente. Si no habrá multa...

Yo me pregunto si el pago por gastar el aire del lugar y pisar la arena de la playa no es más contraproducente y un mal reclamo. Si el lugar no se puede permitir ser un lugar de vacaciones, que lo dejen al natural y no monten toda la parafernalia de hoteles y cafés, bares, restaurantes y tiendas alrededor. ¿O es que no viven ya estos negocios de los visitantes y, por tanto, el tan pintoresco lugar? Yo siempre les digo a los alemanes que justifican la Kurtaxe que me parece lo mismo que si cobraran por entrar a pasear al bosque, que es también un espacio sano y propiedad de todos. Habrá que recordar la que se organizó hace años cuando las Baleares implantaron la ecotasa, que yo aplaudí diciendo que había que aplicarla sólo a los turistas alemanes, que al fin y al cabo son los que llenan las playas de Mallorca.

A mí, desde luego, no me atrae ir a la playa alemana, por las siguientes razones: a) la Kurtaxe: ver lo precedente; b) el clima: si hace bueno, será imposible llegar hasta allí por el atasco en la autopista, será imposible aparcar, y tras pasar por taquilla te sentirás como en Benidorm; y si hace malo te "alegrarás" de haber reservado tus pocos días de vacaciones del año en un sitio cuya playa no pisarás, pero cuyo mantenimiento pagarás a diario; y c) por alguna que otra experiencia personal.

Como la última vez que fui, hace ya cinco años, con visita de España (me encanta la cara del turista español al ver que hay que pagar). Tras pagar la entrada (¡eso sí, yo soy alemana y no me cuelo!) acabábamos de montar un Strandmuschel (otro invento alemán, una especie de lona, en forma de concha, que se engancha en el suelo como una tienda de campaña, que sirve para resguardarse del sol). Tras instalar tal armatoste e ir a dar la comida al bebé, se presentó la señora de la taquilla para decirnos que lo desmontáramos, que en el Mar Báltico no está permitido el uso de Strandmuscheln... Claro, miramos alrededor, y efectivamente, éramos los únicos: solamente había Strandkörbe, otro invento de la costa alemana, unos sillones en forma de cesta donde resguardarse del sol (es decir del viento y del frío en la mayoría de los casos), y no había ni sombrillas y menos aparatos como el nuestro. Yo le dije a la señora que en otra playa lo puse una vez y no me dijeron nada, a lo que me respondió: "Claro, sería en el Mar del Norte pero en el Báltico está prohibido en toda la costa". No sólo nos habíamos equivocado de costa, sino que tras dar de comer al bebé (le pedí permiso a la funcionaria de turno a que me concediera al menos esos minutos; le costó acceder, no fuera a ser que yo sentara un precedente) desmontamos el invento y nos fuimos a pasear por tan plácido lugar. El comentario de mi hermano fue: "Vamos, ni que estas playas fueran Las Seychelles". Y nos fuimos riendo y yo por mi parte con la determinación de no volver... Y hasta ahora.

Ahora con lo del cambio climático, se oyen muchos comentarios de que las playas alemanas se podrían convertir en la Riviera del norte, donde vendrán los turistas que ahora van al Mediterráneo huyendo de playas que se convertirán en desiertos. Sin comentarios.

lunes, 18 de mayo de 2009

Vacaciones

Es un lunes normal de mayo, y tenemos vacaciones escolares, es decir, los niños descansan y a las madres no nos dejan ni siquiera levantarnos algo más tarde de lo habitual. En Alemania se reparten las vacaciones escolares como sigue: seis semanas en verano, dos en octubre, dos en Navidad, dos en marzo, y una en mayo, la de ahora. Viene a ser lo mismo que en España, pero el repartirlo te hace pensar que los niños tienen demasiadas vacaciones por el agobio que supone a) o plantearte cada vez si te quedas en casa y miras por la ventana cómo no para de llover, o b) si te vas unos días, para hacer más soportable el trance. A esta repartición de las vacaciones se suman rarezas como que tras las Navidades, por no celebrar los Reyes, el colegio empiece el 2 ó el 3 de enero, o que el año en que a tu estado federal le toquen las vacaciones de verano a partir de mediados de junio te encuentres ya el 2 de agosto metida en el comienzo de curso escolar y con la sensación de que te han robado las vacaciones.

Así que planifiquemos y seamos alemanes:
  • A las vacaciones de marzo las llaman las vacaciones de esquí (como si todos esquiáramos), pero efectivamente la mayoría se va a esquiar, aunque tengan que sortear autopistas colapsadas y conducir mil kilómetros por trayecto.
  • Las de mayo son las de Pentecostés, por la proximidad de esa fiesta. Son días para irse al Mar del Norte o Mar Báltico (sí, en Alemania tenemos playas, quién lo diría), o a Dinamarca. Alquilan una casa y se dedican a pasear por playas frías y vacias, y a meterse en casa y ver llover otra vez (bueno, si hay suerte con el tiempo, las playas no están menos concurridas que en Benidorm, con lo cual tampoco apetece). Y encima hay que pagar para ir a la playa, la llamada "Kurtaxe". Ése es el motivo por el que no voy nunca. Que le expliquen a una española que haya que pagar para ir en la playa... ni que fuera el Caribe.
  • Las vacaciones de verano son las elegidas para ir al destino favorito. A los alemanes, en cuanto a sus gustos vacacionales, ya que no van a su pueblo de vacaciones, pues en muchos casos viven en él, o no mantienen vínculos familiares, se los puede dividir entre los que buscan el sol (y entre estos hay subgrupos: amantes de España, Italia, Grecia o Turquía) o los "nórdicos", que siguen eligiendo seguir viendo llover y pasar frío o por Escandinavia o al lado del dique contemplando a las ovejas pastar.
  • Las de otoño son para volver a recargar las pilas yendo a un sitio cálido, o las vacaciones para hacer senderismo, rutas en bici, o actividades en la naturaleza.
O sea que el año da para todo, menos para los que llevamos la contraria y no vamos ni a esquiar, ni al Mar del Norte, ni al Báltico, ni a Dinamarca, ni hacemos senderimo ni rutas en bici. ¿Qué nos queda? Irnos, como apátridas que somos, a nuestro país siempre que podamos para coger energías y seguir siendo distintos al resto. Porque de eso se trata.

domingo, 17 de mayo de 2009

Europeos

Siempre me han hecho gracia las quejas de sentirse incomprendidos por ser de una nacionalidad u otra. Como nuestro "es que no nos quieren en Europa" de hace muchos años, para justificar que en Eurovisión no nos comemos un colín. Anoche reflexionaba sobre esto, tras no haber visto el Festival de Eurovisión un año más, y haber encendido en un momento de debilidad la tele, una vez acabado el absurdo espectáculo, tan sólo para ver los resultados (al final algo de patriotismo tenemos todos, aunque sea por honor). Vaya, los penúltimos. Bueno, como si importase. En espectáculos así, como en la vida misma prima lo que vemos y las opiniones preformadas que tenemos. No hay nada más simple que la visión estereotipada que tenemos los europeos los unos de los otros. Pero lo divertido es que en cada lugar común o cliché hay algo de verdad. De algún lado deben de haber salido estas imágenes. Lo que puedo decir es que el ser español en el extranjero es algo "exótico" e incluso positivo. Tenemos buena imagen, a pesar de que algunos estereotipos pesan lo suyo: seguimos teniendo una imagen de pasionales, vengativos y desorganizados, y no es raro oír el "mañana, mañana" de los alemanes, que entienden mucho de nuestra manera de organizar las cosas, como si aquí todo funcionara a la perfección (bueno ... casi). Si eres mujer, eres "die feurige Spanierin" (vamos, 'la española ardiente') y como hombre eres el macho español, lo siento. Pero ahí me tocan la fibra sensible: por mi propia experiencia puedo asegurar que el machismo existente en las sociedades en teoría "tolerantes" es mucho más sutil y aniquilador, pero ése es otro cantar.

viernes, 15 de mayo de 2009

En la cuerda floja

Pues como decía, memoria o memorias, al fin y al cabo da igual. Lo que no da igual es la forma de vida que uno lleva, tan distinta dependiendo del país donde vives, y a la vez tan igual, porque la base de la vida diaria es prácticamente la misma en un lugar u otro, es decir, el levantarte cada mañana y realizar tus actividades, voluntarias, impuestas o autoimpuestas, de forma más o menos complaciente. Pero lo que es distinto es el marco de vida, y si vienes de una cultura y aterrizas en otra la sensación puede llegar a ser como la de balancearse en la cuerda floja. Tienes un camino muy delimitado (¡y en un país como Alemania más aún!), y a veces te caes, por ser distinto o distinta a los demás, continúas un poco más, y aunque avances, la sensación es siempre de fragilidad o incluso peligro. Y sigues balanceándote... A través de este blog iré describiendo estas sensaciones, como española en el extranjero, pero a la vez como persona que busca siempre una forma de vida adaptable a todos los lugares. ¿Una utopía? Sí, quizás, ... son los peligros de vivir en la cuerda floja.

jueves, 14 de mayo de 2009

Arranque

Con esta frase inicio la publicación de mis memorias, si es que tengo "memoria" o peor aún "memorias"...