martes, 6 de julio de 2010

El momento de la fama

La fama o te viene o no te viene, y el llamado momento de fama, pasa a veces a tu lado sin tocarte. Mi hija tuvo su momento de fama el domingo, con su concierto de violín, que ejercitó por tercer año consecutivo de una manera tan relajada, como si no hiciese otra cosa. 10 violines: en conjunto, en solitario, en dúo, en cuartetos, algunos chirriantes, por el calor, decían, el suyo no. Ah, es que ella lleva el calor en la sangre, pensé.

Y mi momento de fama pasó de largo ayer, cuando mi foto no apareció en el periódico. Me explico: el sábado, cuando fui a la plaza del ayuntamiento a votar simbólicamente y como protesta por no poder, como extranjera, votar en el referéndum de la reforma de la enseñanza en Hamburgo, tras meter la papeleta en la urna, se acercó a mí un hombre provisto de una cámara gigante y me dijo que me había hecho una foto mientras metía la papeleta, y que si estaría de acuerdo en que publicaran mi foto en el periódico del lunes. Le dije que sí, que me parecía bien, y que le agradecía que me lo dijera (por la fama claro, y porque no era el Bild-Zeitung). Pues bien, mi foto no apareció en el periódico sino la de otra extranjera, y no me importa, pues hubo algo que me chirrió y que me amargó el momento de protesta. En las papeletas ponía sólo la opción: "Estoy a favor de la reforma y de una escuela primaria de 6 años en total", y una casilla para poner la cruz. La opción a decir "no" no existía. Yo quería votar esa única opción, pero sentí lo que debe ocurrir en Cuba y en otros países: "Estoy a favor de la reelección del Comandante", y ya está. Democracia básica. Y otras cosas me amargaron el momento, pues si bien yo también estoy a favor de muchas de las protestas que pululaban por allí: palestinos, kurdos, y otras más causas perdidas de la humanidad, me dio rabia que al final el tema educativo se viese entramado en otro marco que ese día no procedía. Así que además de no poder votar, la votación simbólica estaba manipulada, y encima en el periódico sacan a otra. Que les den a todos.

Pero la fama hay que ganársela a pulso, que se lo digan a los "hijos de", "ex esposas de", etc., o a los locos que hay sueltos por ahí, pues tras oír antes en la radio la noticia del día, me ha entrado pavor: ayer en Hannover un alemán se cargó a dos italianos por una discusión sobre fútbol. La pregunta era cuántos mundiales habían ganado Alemania e Italia. Me imagino la discusión, "no, que son tres; no que son cuatro", y ¡peng, hala! y estos tres también tienen su momento de fama, sin duda. "Dios mío, qué mal estamos todos", diría mi hermana. Así que yo hoy, que he terminado mi terapia sin sacar nada en claro me llevo como conclusión (mía) lo siguiente: cuando estás abatido y no sabes lo que hacer, no hagas nada, y espera. Lo leí el otro día en una entrevista. Y para eso 30 sesiones.

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