sábado, 10 de julio de 2010

Vacaciones

Esta vez no cierro por vacaciones. La culpa la tengo yo, que para mi cumple me pedí un mini portátil, y está bien así. Ahora sólo habrá que apañar una conexión de internet, pero eso hoy día no será gran problema. Pero la alternativa era estar un mes sin ordenador e internet, y como que no puedo... Por supuesto que no estaré enchufada igual que cuando estoy en casa, que hay que descansar, pero esta vez no desaparezco. No hago ningún pronóstico para este blog, si habrá muchas o pocas entradas. Pero habrá. Necesito relatar, y escucharme, pues cuando escribo es como si me hablara a mí misma y ordenase mi mente. Pero muchos de mis lectores están de vacaciones también o se irán en los próximos días, así que cada uno a lo suyo, que es de lo que se trata.

Las maletas están hechas. No es fácil, lo aseguro, pero no me quejo, pues quién se puede ir todo un mes de vacaciones. Lo que todo el año hace que me cabree, es mi ventaja este verano, y aunque lo podría haber hecho en los últimos años, nunca he pasado de las dos o tres semanas de vacaciones veraniegas. Y no sé por qué. Por tonta, digo ahora. Pero este año me dije que hay que aprovechar, que puedo, así que me escapo todo un mes. En fin, la ventaja de los profes, y más de los recién incorporados a la profesión. Y de los que tenemos un segundo hogar en otro país, además el de origen.

Y como un mes es bastante tiempo, voy cargada hasta con waveboard, el último grito de monopatín, pues el sencillito se ha quedado anticuado y los chavales de 10 o más años se piden este modelo mucho más moderno, pues además de desplazarse uno, hay que mantener el equilibrio por la forma tan rara que tiene. Y entre eso, libros, juguetes, cuadernos de pintar, pinturas, cartas, y otras cosas, voy tan cargada que he amenazado con mandar a mis hijas con todo el equipaje de vuelta a casa si me dicen que se aburren. Cada loco con su tema. Una con waveboard, y otra con su mini portátil. Con eso me taparon la boca cuando protesté.

Ya está todo preparado. No se olviden de mí, que seguiré ahí. Sólo me queda decir que ... nos vemos en Madrid o por algún lugar de España.

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