viernes, 15 de mayo de 2009

En la cuerda floja

Pues como decía, memoria o memorias, al fin y al cabo da igual. Lo que no da igual es la forma de vida que uno lleva, tan distinta dependiendo del país donde vives, y a la vez tan igual, porque la base de la vida diaria es prácticamente la misma en un lugar u otro, es decir, el levantarte cada mañana y realizar tus actividades, voluntarias, impuestas o autoimpuestas, de forma más o menos complaciente. Pero lo que es distinto es el marco de vida, y si vienes de una cultura y aterrizas en otra la sensación puede llegar a ser como la de balancearse en la cuerda floja. Tienes un camino muy delimitado (¡y en un país como Alemania más aún!), y a veces te caes, por ser distinto o distinta a los demás, continúas un poco más, y aunque avances, la sensación es siempre de fragilidad o incluso peligro. Y sigues balanceándote... A través de este blog iré describiendo estas sensaciones, como española en el extranjero, pero a la vez como persona que busca siempre una forma de vida adaptable a todos los lugares. ¿Una utopía? Sí, quizás, ... son los peligros de vivir en la cuerda floja.

1 comentario:

  1. Me ha resultado interesante la explicación del título, en la cuerda floja; pero si no lo hubieras explicado, parecería que estuvieras plenamente inmersa en la vida de los alemanes, que lo estás, pero, ese matiz, en la cuerda floja, transmite una sensación de fragilidad, que no es otra que la fragilidad en la que se balancea día tras día el ser humano.

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