domingo, 17 de mayo de 2009

Europeos

Siempre me han hecho gracia las quejas de sentirse incomprendidos por ser de una nacionalidad u otra. Como nuestro "es que no nos quieren en Europa" de hace muchos años, para justificar que en Eurovisión no nos comemos un colín. Anoche reflexionaba sobre esto, tras no haber visto el Festival de Eurovisión un año más, y haber encendido en un momento de debilidad la tele, una vez acabado el absurdo espectáculo, tan sólo para ver los resultados (al final algo de patriotismo tenemos todos, aunque sea por honor). Vaya, los penúltimos. Bueno, como si importase. En espectáculos así, como en la vida misma prima lo que vemos y las opiniones preformadas que tenemos. No hay nada más simple que la visión estereotipada que tenemos los europeos los unos de los otros. Pero lo divertido es que en cada lugar común o cliché hay algo de verdad. De algún lado deben de haber salido estas imágenes. Lo que puedo decir es que el ser español en el extranjero es algo "exótico" e incluso positivo. Tenemos buena imagen, a pesar de que algunos estereotipos pesan lo suyo: seguimos teniendo una imagen de pasionales, vengativos y desorganizados, y no es raro oír el "mañana, mañana" de los alemanes, que entienden mucho de nuestra manera de organizar las cosas, como si aquí todo funcionara a la perfección (bueno ... casi). Si eres mujer, eres "die feurige Spanierin" (vamos, 'la española ardiente') y como hombre eres el macho español, lo siento. Pero ahí me tocan la fibra sensible: por mi propia experiencia puedo asegurar que el machismo existente en las sociedades en teoría "tolerantes" es mucho más sutil y aniquilador, pero ése es otro cantar.

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