Así que planifiquemos y seamos alemanes:
- A las vacaciones de marzo las llaman las vacaciones de esquí (como si todos esquiáramos), pero efectivamente la mayoría se va a esquiar, aunque tengan que sortear autopistas colapsadas y conducir mil kilómetros por trayecto.
- Las de mayo son las de Pentecostés, por la proximidad de esa fiesta. Son días para irse al Mar del Norte o Mar Báltico (sí, en Alemania tenemos playas, quién lo diría), o a Dinamarca. Alquilan una casa y se dedican a pasear por playas frías y vacias, y a meterse en casa y ver llover otra vez (bueno, si hay suerte con el tiempo, las playas no están menos concurridas que en Benidorm, con lo cual tampoco apetece). Y encima hay que pagar para ir a la playa, la llamada "Kurtaxe". Ése es el motivo por el que no voy nunca. Que le expliquen a una española que haya que pagar para ir en la playa... ni que fuera el Caribe.
- Las vacaciones de verano son las elegidas para ir al destino favorito. A los alemanes, en cuanto a sus gustos vacacionales, ya que no van a su pueblo de vacaciones, pues en muchos casos viven en él, o no mantienen vínculos familiares, se los puede dividir entre los que buscan el sol (y entre estos hay subgrupos: amantes de España, Italia, Grecia o Turquía) o los "nórdicos", que siguen eligiendo seguir viendo llover y pasar frío o por Escandinavia o al lado del dique contemplando a las ovejas pastar.
- Las de otoño son para volver a recargar las pilas yendo a un sitio cálido, o las vacaciones para hacer senderismo, rutas en bici, o actividades en la naturaleza.
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