domingo, 31 de mayo de 2009

Estocolmo, maratón, finlandeses y nuestra imagen

Fin de semana en Estocolmo con una gran amiga. Dos mujeres solas, en una ciudad completamente nueva para ambas. Nos conocimos a los 14 años y con 40 compartimos un viaje, con el bagaje que tenemos cada una, tras 20 años entremedias sin vernos. Pero hay personas con las que da igual si tienes 14 ó 40. Cada étapa de la vida es única, y no necesitas mirar al pasado y siempre podrás compartir presente y futuro ... y experiencias de viajes.

Estocolmo me ha parecido sorprendente: tanta agua por todos sitios y tantas islas, en las que se reparten las barriadas, unidas entre ellas por puentes. Quizá por eso sus gentes parecen tan tranquilas, por ese aire tan limpio, tanta naturaleza, tanta agua y tanto espacio. La sensación de claustrofobia que te puede dar un país tan pequeño como Holanda, por ejemplo, que en tan poco espacio aglomera 16 millones de habitantes, es todo lo contrario en Suecia, quinto país europeo en cuanto a su extensión, pero donde viven tan sólo 9 millones de habitantes. Por eso me sorprendió ayer la maratón de 18.000 participantes. Hoy en el avión me comentaba un corredor alemán que de ellos 5.000 eran finlandeses. Calculemos: teniendo en cuenta que Finlandia cuenta tan sólo con cinco millones y pico de habitantes, eso quiere decir que cada mil finlandés estaba corriendo por allí. Estadísticas sorprendentes. Como la población de renos en Suecia. No hemos visto ninguno, pero a juzgar por su representación en las tiendas de souvenirs, en forma de todo lo habido y por haber, deben de tocar a un reno por sueco, por lo menos. Y a isla por sueco, y a bosque por sueco. Por algo es modelo del estado del bienestar. Un modelo que seguramente hace agua por todas partes, pero que parece funcionar, al menos en lo que se ve como turista, que suele ser la visión idílica de cada país.

Sorpendente nos ha parecido el cartelito que hemos visto al desayunar en el hotel: "Por favor, no sacar comida de la sala de desayuno". No parecería raro sino fuera porque estaba escrito en primer lugar español y a continuación en inglés, y nada más. No en sueco, no en alemán, no en finlandés (deberían, con tanta representación en la maratón). Pienso que deberíamos reflexionar. No parece que tengamos muy buena imagen, si al parecer son los españoles los únicos que se llevan la comida del bufé. Son los momentos en las que una se siente orgullosa de la madre patria. Por lo menos a mí estas cosas me hacen pensar, y espero que al resto de mis compatriotas también.

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