miércoles, 6 de octubre de 2010

El bosque, patrimonio de todos

Los bosques alemanes son mucho, y hay muchísimos, por todas partes. El bosque es parte de la vida diaria de los alemanes: pasean por él, pasean al perro por él, corren o montan en bici a través de él, y es facilísimo tener uno o varios cerca. Yo tengo aquí uno bien hermoso, por el que corro. Cuando lo cuento en España o los que lo saben, me dicen que tenga cuidado, y me preguntan que si no me da miedo correr solita por él. Pero no; me siento segura. Las primeras veces, con mi mentalidad española de que en cualquier sitio te pueden atracar o hacer algo, entré con miedo. Pero ya no. Ahora me dan miedo los perros que andan sueltos, pero desde que sé que los dueños se sacan el carné de "conducir" perros, ya no (aunque no me fío de ninguno... perro o dueño). Y es espectacular ver pasar las estaciones en los bosques: correr sobre caminos llenos de babosas (eso ahora), sobre alfombras de hojas (eso en un par de semanas, ya está comenzando), o sobre la nieve; y la frondosidad y el color te dicen también en qué estación estás: desde el verde joven de la primavera de las hojas recién salidas y que me parece tan bonito, al más oscuro del verano, al ocre y marrón del otoño, y a las ramas peladas de hojas durante los (demasiados) meses del crudo invierno.

Los árboles más extendidos son los robles y las hayas, aunque admito que no me fijo mucho, pues me parecen todos iguales; para mí son todos árboles, sin distinción. Pero el otro día leí en el periódico que la Unesco podría meter en la lista de Patrimonio de la Humanidad a los bosques de hayas alemanes, en concreto cinco parques nacionales, de hayedos naturales. Los árboles más alemanes son el roble, la haya y el tilo; y a mí el tilo, salvo por el paseo de Berlín, Unter den Linden, la calle que va de la Puerta de Brandemburgo hacia arriba, en el este de Berlín, me dice poco. En Berlín me fijo en los edificios, en la gente, y no en los árboles. Y aparte de no distiguir una hoja de otra, por mucho que me inunden en otoño mi casa y yo acabe echando pestes por tener que quitarlas, tampoco distingo árboles. En alemán se dice que a veces no se ve el bosque de tantos árboles como tiene, y es una expresión que me encanta: es como decir que lo más obvio lo tienes delante de las narices, pero ves tan sólo lo individual y no el conjunto.

En el bosque por suerte no hay que quitar hojas, aunque capaces serían de hacérnoslas quitar a los ciudadanos, igual que a la puerta de casa,  pero yo creo que en ellos limpian los caminos. Pasas de correr sobre lechos de hojas a ver que un día las han retirado. No hace tanto me encontré con bambi, mientras corría. Un cervatillo chiquitín, que se quedó parado más tiempo de lo que yo esperaba. Y a veces pienso que me podría encontrar con  Hänsel y Gretel o cualquier personaje de cuento. ¿No piensan que el bosque es un personaje de cuento en Caperucita, Hänsel y Gretel, Blancanieves...? No es de extrañar que sean cuentos alemanes. El bosque es algo mítico y ha inspirado a poetas, escritores, pintores, sobre todo del romanticismo alemán. Becquer iba por los mismos derroteros, pero aquí no hubiese parado de escribir sobre el bosque como escenario, lo aseguro; por eso el romanticismo alemán es tanto en todas las artes: pintura, literatura, música. Mismo las óperas de Wagner, y sin tener yo idea del tema, me suenan a bosque.

Algo que he tardado años en descubrir, es que muchos espacios naturales con el nombre de Wald, 'bosque', son en realidad sierras o sistemas montañosos: el Bayerischer Wald, Teutoburger Wald; mismo el Scharzwald, que nosotros llamamos Selva Negra, es el 'bosque negro' literalmente, pero en realidad es una sierra llena de árboles. Qué confusión.

Yo creo que sin la influencia humana Alemania sería un bosque cerrado, pues desde la también mítica Autobahn, el otro bosque de asfalto y coches, ves a los lados bosquecitos por aquí y por allá. Creo que es el paisaje por antonomasia de este país. Yo he sentido poco la llamada del bosque, y si no fuera porque me puse a correr, ni lo habría pisado. Una lástima si no lo hubiera hecho.

2 comentarios:

  1. Ah!! la Schwarzwald... que sitio tan bonito... Es innegable el paisaje tan natural, la tranquilidad que emana, el lago titisee, baden baden, el lago constanza, etc..

    Pues aqui creo que te puedo dar un apunte: La selva negra, segun cuenta la leyenda (porque no se si tiene algo más de realidad) debe su nombre ya a los romanos, que la bautizaron así porque una vez te metias entre los arboles, de tan frondosos y tantos como habia, apenas habia luz. Y a fe que aún quedan rincones en esos bosques en los que ocurre eso....

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  2. Pues ya conoces tú más que yo ;-) No he estado ni en el Lago Constanza, ni en Baden Baden, ni en Titisee; sí en el Schwarzwald, aunque bosques "negros" sin luz los hay por todas partes. Porque los romanos no llegaron hasta aquí arriba, que si no ... pues hay la misma frondosidad y con menos luz. La zona de Freiburg es la de mejor clima de toda Alemania. No sabía de la leyenda. Gracias por la información.

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