jueves, 9 de julio de 2009

Gesticulando

El periódico inglés "The Guardian" ha estado publicando un curso para aprender a gesticular como un español, con lo que se sobreentiende que los ingleses gesticulan de otra manera. Por supuesto que sí, porque en cada cultura hay gestos distintos, al igual que las expresiones habladas se hacen eco de otro simbolismo para al final expresar lo mismo. En el curso explican, por ejemplo, como se hace para decir "está lleno", con la mano para arriba, abriendo y cerrando los dedos todos juntos. Como yo gesticulo como una española, incluso en alemán, ha habido veces en las que lo he hecho de otra manera al consenso imperante aquí. Por ejemplo, nosotros para decir que alguien está loco nos llevamos el dedo índice a la sien y lo movemos como desatornillando el tornillo que está suelto. Los alemanes, por ejemplo, que tienen esa expresión para decir que alguien no está bien de la cabeza, eine Schraube locker haben ('tener un tornillo flojo'), hacen el gesto para 'estar loco' de otra manera: o se dan golpecitos con el dedo índice en la sien, o mueven la mano estirada delante de la cara de izquierda a derecha y de derecha a izquierda varias veces. Muchos signos son comunes internacionalmente, como la V hecha con los dedos como símbolo de victoria, o mandar callar con el dedo estirado delante de la nariz. Pero sí que creo que los españoles somos muy expresivos gesticulando, ya que en general movemos más los brazos y el cuerpo al hablar para acompañar o animar lo que hablamos.

Una expresión que me falta en alemán es nuestro "tener mucha cara" o "mucha jeta", con las consabidas palmaditas en la cara para expresarlo. No existe. Como aquí también hay mucha gente que la tiene, la traducción como frech sein , que es como yo expresaría esa idea, se me queda corta (frech = 'caradura', 'descarado'). Nadie entendería aquí ese gesto nuestro, tan español, y muchas veces me he quedado con ganas de hacerlo.

A todo esto me viene a la mente una historia que me contó hace poco una prima mía sobre un pariente nuestro cuya hija vivió unos años en Dublín. En una de las visitas, al ir al supermercado el hombre y su mujer constataron que habían cambiado los huevos de sitio. Como no los encontraron, se dirigieron a una empleada y como no sabían inglés, imagínense qué gesto hizo el hombre para preguntar por los huevos y dónde se agarró. La irlandesa le entendió y con risotadas le llevó al sitio donde estaban. Entendimiento puro y duro. Como mi madre dice cuando está aquí con situaciones parecidas: al final o te dejan por imposible o te entienden porque no les queda más remedio.

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