martes, 27 de octubre de 2009

Casos reales, ¿con o sin solución?

S.: Arquitecta. Dos hijas. Se dedica a organizar o mejor dicho revolver en los colegios de sus hijas. Se deja elegir para todo tipo de responsabilidades: delegada de padres, asociación de padres. Nada le parece poco. Hace poco estuvo dos días en el hospital por un bajón que le dio.
U.: Profesora de primaria. 4 hijos. Dos perros. 3 conejos. 2 gatos. 8 conejillos de indias. Peces. Un jardín lleno de flores (a mí me dijo que mi jardín es muy "sencillito de cuidar"). Se está sacando un diploma para hacerse teraupeta de niños usando los perros como medio de terapia (pienso que debería darle terapia a su cuarta hija, de seis años, una buena pieza). Totalmente "bio", homeopática, todo muy natural. Su casa parece la de Pippi Calzaslargas.
A.: Mujer florero total. 2 hijos. Conoció a Mr. Perfect y con ello ella se volvió perfecta. Sonrisa en la boca constantemente. Nunca te dirá que tiene un problema, y si los tiene, con negarlos o no hablar de ellos los borra. Pero le encanta escuchar los problemas de los demás (de los que cada vez oye menos, pues todos desconfían de tanta perfección). Se dedica a gastar el dinero que Mr. Perfect gana a espuertas, y no entiende que haya mujeres que quieran trabajar.
J.: Doctora en biología. 4 hijas perfectas. Marido perfecto que tiene a sus mujeres en un pedestal. Todo perfecto. Sofá blanco. Plata por todas partes. Una mesa con botellas de alcohol sin una mota de polvo, y al lado los marcos de plata con fotos perfectas de todos los miembros de la familia. La mejor cocinera, la mejor jardinera, la mejor anfitriona. Bree van der Camp total (de "Mujeres Desesperadas").
B.: Licenciada en empresariales. 2 hijas. Jardín perfecto. Se disculpa diciendo que los Pfannkuchen (pancakes, tortitas) no le han quedado muy bien hoy, pero que claro, con la racha que lleva tras las Brattkartoffeln que tampoco le salieron como siempre en el fin de semana... Quiere ser Bree van der Camp, pero no llega.
E.: Cirujana infantil. 2 hijas. Muy creativa. Pinta, toca el violín, hace fieltro, fotos maravillosas. Con su carácter arrollador está siempre rodeada de gente, y organiza conciertos de música clásica en su casa, viajes con grupos de amigas a hacer yoga. Organiza y organiza en el colegio de sus hijas. Se pelea con los profesores, con el director, con todo el mundo. Una maravillosa persona que se llena de actividades para no pensar. Ya pensará.
B.: Doctora en Economía. 3 hijas. Las tres superdotadas. Van saltando clases, y no parecen encontrar su sitio. Van a clases extraescolares de piano, arpa, pintura, flamenco, inglés, y más. Se está haciendo autónoma como asesora para padres con hijos superdotados. Manda a sus hijas a todas partes "con instrucciones", crema protectora, gorro y anorak cuando hace calor.
A.: 2 hijas. Tiró el doctorado en bioquímica por la borda justo antes de entregarlo, por un embarazo. No lo volvió a retomar después. Hace 12 años de esto. No ha vuelto a trabajar. Es el caso de sumisión peor que conozco. Tuvo cáncer de pecho hace tres años.
H. y A.: ambas 4 hijos. Maridos con puestos muy altos. Ambas conducen furgones donde llevan a sus cuatro hijos más a los amigos de cada uno, y cargan y descargan. Sus conversaciones consisten en contarte las actividades que hacen con sus hijos: curso de vela en vacaciones, ópera, todo tipo de manualidades. Y continuamente dicen "mi marido", "mi marido", "mi marido".
S.: Educadora. 3 hijos. Un perro. Corre. Melancólica. Se puede pasar una mañana mirando por la ventana con una taza de café en la mano. Es la única que reconoce que la vida tan vacía le quita la energía para hacer lo rutinario y que no sabe qué hacer con la que le sobra para hacer algo que le llene. Sugiere que todas las madres (paradas) de Alemania nos registremos a la vez en la oficina del paro, para que el gobierno se asuste de una vez y que las cifras de paradAs sean reales.
M.E. Filóloga. 2 hijas. Decidió hacer una pausa para cuidar de sus hijas, como lo "piden" los cánones alemanes. La pausa voluntaria se ha vuelto involuntaria por haber cerrado su lugar de trabajo. Corre y escribe en un blog, para quemar energía física y mental. No sabe si ha de hacer el pino para obtener un trabajo: o está demasiado cualificada, o demasiado poco especializada. Pesan demasiado los hijos en el currículum, la pausa, los horarios escolares, y el rechazo de la sociedad. Aún así sigue buscando. Las otras no busca ninguna, pues ellas dicen que "no pueden" trabajar.
A lo mejor ésa es la solución: conformarse. O hacerse entrenadora de canarios o algo por el estilo.

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