viernes, 2 de octubre de 2009

Madrid ... ¿2016?

Mientras escribo estas líneas está por saberse si Madrid será sede olímpica o no, aunque queda muy poco. No soy dada a sentimentalismos baratos. Ni el mundo será más bonito tras unas olimpiadas en Madrid, como ha dicho el rey, ni creo que a Samaranch le dé un patatús antes de tiempo por no ver unos juegos olímpicos en Madrid. El mundo sería más bonito sin guerras, sin genocidios, sin torturas, sin pobreza y sin tanto negocio, que es de lo que se trata en el fondo. Y será igual de bonito o feo si Madrid se queda sin su 2016 olímpico. Porque Madrid ni ninguna ciudad lo necesita. Ni siquiera creo que a Madrid le pegue ser olímpica. Como dice un amigo mío: dejémosles a los catalanes el honor de haber organizado las olimpiadas y no tratemos de imitarles.

Tanto bombardeo mediático me ha acabado por cansar esta semana. Me irrita tanta repetición machacona de que nuestra candidatura es la mejor, de que la nuestra es la que tiene el mayor apoyo popular (conozco a muchos madrileños que están en contra) y no se puede juzgar porque unos cuantos miles vayan a la Cibeles a apoyar la candidatura. Por supuesto que no dudo de la capacidad de Madrid y España de organizar unas olimpiadas, pero me gustaría que esa energía y dinero se dedicara a otras cosas mucho más importantes. Entiendo que para los deportistas sea un hito participar en unas olimpiadas en el propio país, y todos sabemos lo que emocionan éxitos deportivos como el que España ganara la última Eurocopa o muy recientemente la de baloncesto.
Yo apuesto por Río, y no me pregunten por qué; les pega más. Como madrileña por el mundo, puedo afirmar que aquí nadie se ha enterado de que Madrid es candidata, ni de las otras ciudades tampoco. Eso para los que piensan que el mundo nos espera. Pero como madrileña me emociona mi ciudad, con sus lados buenos y malos, como los tienen todas, y me siento orgullosa de ser de allí. Porque Madrid no es una ciudad que pretenda ser la más bella del mundo, ni la más verde, ni la más limpia, ni la más tranquila (algo de esto le vendría bien...), pero Madrid tiene un encanto que no percibo en otros sitios. Se palpa en sus calles, en los miles de bares que existen, entre los tres museos únicos que tenemos: el Reina Sofía, el Thyssen y el Prado. Y eso es Madrid para mí, y muchísimo más, pero no necesariamente olímpica. Bueno, sería un adjetivo más.

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