jueves, 22 de octubre de 2009

Consuelo relativo

Robos existen en todas partes. En todos lados hay atracos, robos en las casas, sustracción de vehículos. Pero en España son más. No hago más que oír noticias truculentas cuando estoy en Madrid. La última fue el martes: a un amigo mío le quitaron su BMW el sábado y apareció calcinado el martes, en la Cañada Real (bonito nombre para un sitio tan inhumano). El disgusto de mi amigo fue soberano cuando bajó y vio que no estaba el coche, pues era un capricho que se dio no hace tanto. Al poner la denuncia, le dijeron que no aparecería más, y es lo que yo pienso que sería más normal: que se lo llevaran para venderlo, como hacen aquí las mafias que roban coches. Pero no, apareció calcinado, y en un lugar tan bonito y tolerado como punto de venta de droga y donde se hacinan personas y niños en condicines de vida infrahumanas. A pesar de eso, no entiendo las ganas de robar objetos para luego destrozarlos. Todavía lo que se roba para sobrevivir, o para darle de comer a tus hijos, sigue siendo un hurto pero es al menos entendible, pero calcinar un vehículo o lo que sea, me parece un acto vandálico que no sirve para nada, y no creo que ni siquiera a gente de vida tan marginal les aporte algo, ni como válvula de escape.

La semana anterior, una amiga me contó otra de coches: a un compañero suyo le sustrajeron del bolsillo y sin que se diera cuenta las llaves del coche mientras estaba en un McDonald's. Al denunciarlo, la policía dijo que ese McDonald's es conocido por esos robos. Los cacos observan a la gente cuando se baja de los coches y luego les quitan las llaves cuando van con las bandejas de la comida, y les roban los coches tan elegantemente.

A la madre de un amigo de mi hermano le arrancaron el otro día la cadena de oro del cuello en su mismo portal. Fueron dos tipos "bien arreglados" (me encanta siempre la descripción) que les siguieron. El padre, al perseguir a los ladrones, se cayó, y encima se hizo daño en las rodillas.

A mi padre le quitaron hace años el coche en Plasencia. Uno diría que estas cosas ocurren en Madrid, pero ni las ciudades de provincias ni los pueblos están exentas de nada. Al salir y ver que no estaba el coche donde lo habían dejado, fueron a la comisaría. En seguida llegó la llamada: el caco, que iba borracho o drogado, se había estrellado contra un muro, y salió sangrando y aún con ganas de pegar a los que le iban a socorrer. Mi padre se quedó sin su coche, y como era viejo, la indemnización no dio para mucho.

Y luego están los hurtos que he presenciado en el autobús o en el metro de Madrid en los últimos años, robos de monederos o carteras que hacen que en cuanto estoy en Madrid lleve el bolso agarrado como si me fuera en ello la vida. Si pienso en las veces que lo llevo abierto aquí.... O las veces en las que me he dejado las llaves puestas en la cerradura de la puerta de casa, por fuera y la puerta da a la calle (!), y no ha pasado nada... Aquí también entran a robar en las casas, pero no se oyen de esos robos tan salvajes, ni de tanta cantidad de ellos. A mi cuñado le desapareció su Mercedes en el puerto de Hamburgo hace bastantes años, y no se supo nada más de él hasta casi un año después: apareció en un contenedor en Albania, y para entonces ya se había peleado con el seguro por la indemnización y el coche se quedó allí, pues pasó tanto tiempo que el caso estaba cerrado. Al menos el flaco consuelo de mi amigo es que su coche ha aparecido tan rápido, y aunque tenga que pelear con el seguro, todo se resolverá antes. No obstante el disgusto no se lo quita nadie, y no podrá reemplazarlo por el mismo modelo. Pero al final, el consuelo clave es que encima has de estar contento si los daños son sólo materiales.

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