sábado, 5 de junio de 2010

Corazón partío

Llevo toda la semana con el corazón partío, pues preparé la canción de Alejandro Sanz para cantarla en clase con mis alumnos de español: los unos la cantaron el último día de clase antes de las vacaciones, y los otros, como el curso durará todavía un mes, la cantaron un día cualquiera, es decir uno sintomático de lo que significa enseñar un idioma a alumnos que no se lo toman en serio. La que tiene el corazón partío soy yo, porque el otro día volvieron a venir sólo cuatro, como la semana anterior. Si al menos fuesen los mismos cuatro, se podría trabajar bien, pero la constelación varía: dos de la semana pasada y a su vez dos más que han faltado en las últimas semanas. A tres horas de clase cada sesión, faltar dos o tres veces seguidas hacen 6 ó 9 horas perdidas, lo que me frena a mí constantemente y a los que vienen siempre. Ahora caigo que son sólo dos los que vienen siempre, así que a la que frenan es a mí y las lecciones se estiran como chicles. Y encima me echan en cara los del control de calidad de las clases que a lo mejor debería reflexionar sobre por qué faltan tanto.

Vale, es primavera, y por fin hace bueno, aunque no calor como para no poder con una clase, y el que no anda por Cuba un par de semanas se me ha ido a Polonia, o a quién sabe dónde. Pero estas cosas se saben y me pregunto que por qué se apuntan a algo voluntario, si luego vienen a una tercera parte de las clases. Parece que no les duele el dinero, pues los cursos muy baratos, son por la tarde, la gente ha estado todo el día trabajando, y el de los jueves, con sus tres horas de clase se las trae, y encima conmigo, con lo que me gusta la gramática, los idiomas, las palabras... Pero a mí que no me acusen porque me contengo todo el rato, y trato de dar gramática para ir a Teneriffa a tostarse al sol, es decir, lo justo como para entender lo que tienen que aprender.

Así que para acabar la clase les puse esta semana "Corazón partío" sin darme cuenta (o sí) de que la que lo tiene soy yo, de que les podría a lo mejor traer sangría en cubos, y a lo mejor vendrían más. Además de que a veces pienso que les enseño alemán. Cuando aprendes un idioma extranjero es el momento de reflexionar sobre el tuyo propio; por supuesto que un hablante no necesita saber gramática de su propia lengua, faltaría más, pero a la hora de aprender una lengua, necesitas tener unas herramientas en la mano: cómo puedes explicar lo que es una conjugación si no sabes lo que es un infinitivo. Pero hay veces en las que te piden tener esa competencia lingüística, y al parecer a unos más que a otros, como mi hija, que vino indignadísima hace poco de un examen de lengua del cole, en el que tenían que analizar frases y decir qué era un acusativo y qué un dativo. Ella confundió uno y dijo que era lo que no era. Pues la profesora le dijo ni corta ni perezosa que lo había confundido porque el alemán no es su primera lengua (¡ja!). Mi hija, a la que no se la dan con queso, estaba enfadada y con razón, porque muchos niños de la clase habían hecho el mismo error y sólo a ella se lo recriminaron. Y le expliqué que si se pone en la calle a preguntar a la gente al pasar "¿es esto un acusativo o un dativo?", que la mayoría no sabría analizar la frase, que una cosa es la competencia nativa de una lengua, para la que no necesitas gramática, y otra la competencia lingüística que te permite ver más allá del significado de lo que dices, usando el metalenguaje para explicarlo además. Pues bien, no sólo a ella le echaron en cara el error, sino que también al turco de la clase, que sólo lo es de pasaporte, pues ese niño ni habla turco, ni sus padres tampoco, nacidos en Alemania, pero que según la profesora, era la interferencia de su lengua por la que había hecho el error. Pero si la lengua de estos niños es el alemán, señora mía, no confunda.

Así que seguiré cantando "Corazón partío", que aplica, aunque me han dicho que les gustó más la canción que hemos cantado durante semanas, "La camisa negra", y lo entiendo, pero es que me estoy poniendo melancólica, y como sigamos así, les voy a llevar "Asturias patria querida" y entonces, nos emborracharemos todos juntos, ... los pocos que vengan, claro.

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