domingo, 6 de junio de 2010

Real pero corto

Por fin hoy ha hecho un día veraniego en Hamburgo, aleluya, el primero y quizá último, pues mañana bajan las temperaturas otra vez. Así que hoy no nos hemos reído. Mis hijas llevaban partiéndose de risa toda la semana: que si fulanito va a clase con camiseta de tirantes, que si menganito va en pantalón corto. El otro día se reían a carcajadas en el coche al contármelo, porque aunque hemos tenido mucho sol durante días, no habíamos pasado de los 22° C, y eso de máxima, pues por la mañana estamos a 12° C como mucho, y muchos niños iban ya en tirantes y pantalón corto. Y ellas se reían diciendo que esta gente no sabe lo que es el calor, y que se lo digan a ellas, que pasan sus vacaciones en Carabanchel y en Extremadura, que si al menos fuese en el norte de España. Pero este año verán que en España hay veranos menos calurosos, y a los que me advierten de que en el norte de España puede hacer "mucho frío" en verano (qué exagerados estos españoles), les digo que cualquier verano en el norte de la Península seguro que es más caluroso que uno en Hamburgo. Pero no me quejo, que hoy hemos llegado a 26° C y hasta he estado sentada fuera al calorcito. Bueno, podrían ser más, pero aquí esto son temperaturas tropicales.

Porque todo es relativo. Para nosotros los españoles, con un margen de calor entre 28° C y 40° C, 22°C no son calor, y menos 18° C. Pero aquí, donde raramente llegamos a 30° C, y si llegamos, eso sí, son insoportables, por pegajosos, por la humedad (aunque yo no me quejo, pues es una cuestión de principios), 24° C son como para nosotros 34° C. Y yo soy el barómetro de calor alemán: una amiga me dice siempre cuando me ve en manga corta "¡tú en manga corta!, entonces es que hace calor". Pues hasta hoy no me la había puesto, ya que he estado toda la primavera de largo... Sin embargo sigo sin creer en este verano, y eso que hoy lo ha sido, o precisamente por eso, porque sé lo que pueden ser julio y agosto, es decir, como jugar a la lotería, y sobre todo que no te toque.

Así que hoy nos hemos creído que era verano, porque lo era. Y los otros días seguirán mis hijas de cachondeo, porque la gente hace de unas temperaturas de chaqueta un verano tropical, y ellas, pensando en el calorcito que van a tener en España y lo mucho que se van a bañar en la piscina, se parten. Aquí ayer, en un cumpleaños en canoa al que asistió mi hija, ejemplo de los maravillosos eventos a los que les invitan aquí a los niños para celebrar un cumpleaños, unos niños de su clase se bañaron en el río Alster, con lo helada que debía estar el agua, y mi hija muerta de risa, diciendo que estaban todos locos.

Hoy no lo estamos, pero me acabo de poner una chaqueta, amenaza tormenta, pues aquí un día de verano hace una tormenta de verano, pero mañana tendremos 17° C de máxima y algo de lluvia, y yo pensaré otra vez si me he soñado que hoy fue verano, como con cosas que ocurren en la vida y cuyas sensaciones nos acompañarán siempre. Como un maravilloso día de verano.

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