lunes, 14 de junio de 2010

La fonética si importa

Podremos hablar un idioma de manera perfecta en cuanto a la gramática, al léxico, pero si no pronunciamos bien, no nos entenderán. La fonética es la chispa, el alma y la música de una lengua, y por muy denostada que esté en el aprendizaje, es mucho más importante de lo que parece. Cómo si no, he evitado durante años decir las palabras schwül (cuando hace bochorno) y schwul (marica), habiendo yo utilizado esta última para decir que el día era muy bochornoso, pero diciendo lo otro, para divertimento de mis interlocutores. La diferencia entre u y ü cambia el significado de algunas palabras, de la misma manera que las vocales largas o cortas: Wal (ballena) - Wahl (elecciones), o Ball (pelota o baile), con la diferencia entre b y v que no tenemos nosotros.

Pero mi curso de ayer iba por otro derroteros. Pasarse un domingo en un curso de fonética no es algo que se haga todos los fines de semana ni mucho menos, pero mereció la pena. Una alemana experta en estos temas como profesora, y un grupo de profesores de idiomas extranjeros como alumnos: españoles, italianos, rusos, una danesa, e incluso alemanas a las que su lengua les pareció de repente extranjera, todos con un nivel muy alto de alemán, pero con necesidad de un último pulido, ése que nunca llega.

Sí, el alemán es fuerte, pues se basa en tres sonidos, la p, t, k, que son además plosivas. No se pronuncian como las nuestras, sino que hay que soltar aire. Tiene un ritmo, muy marcado, una melodía y la sensación de hablar en plan staccato, aspirando las vocales al comienzo de sílaba. Esto fue mi aprendizaje del día, tras 20 años hablando alemán y esos son los detalles que hacen que el alemán suene a alemán. Como la posición de la lengua hace que el inglés suene a inglés, y nuestro hablar sin casi abrir la boca hace que suene todo a una cadena rápida y sin interrupción.

Por supuesto que no pretendo dar una clase de fonética, sino de sensibilizar a los que aprenden idiomas extranjeros de que la fonética importa, tanto o más que la gramática, pues si no no se nos entiende, por mucha gramática que sepamos o bien que digamos todo. La fonética es el alma de una lengua. El español no sería español sin nuestro hablar rápido, encadenando una sílaba con otra (justo lo contrario a lo que hace el alemán), sin nuestra "r" (torturen a un alemán con la palabra "ferrocarril"), y "ano" no es lo mismo que "año": "Tiene 30 anos", dicen mis alumnos, y yo les explico que no puede ser... , y que una "cochina" no es una "cocina", por muy sucia que esté. Pero también acabamos con la conclusión (malísimos como somos los italianos y españoles) de que una lengua es también gesticular, sonreír, y no poner la misma cara digas lo que digas. Ayer practicábamos la frase en alemán "Könnten Sie mir bitte sagen, wo der Bahnhof ist?" (¿Me podría decir por favor dónde está la estación?", a lo que el italiano dijo que con decir "La stazione, per favore" en italiano basta, pero eso sí, que lo hacen con una sonrisa ...

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