miércoles, 30 de junio de 2010

Lo que se cuece en la Asamblea

Hoy toca elegir presidente en Alemania, y la cuestión es o Wulff o Gauck. El primero, de las filas de la CDU, es el candidato de Merkel y del gobierno de coalición. Es un político bastante joven, bien planchadito y puesto, actual presidente de Baja Sajonia, y cuya elección no haría tambalear el gobierno de Merkel, y todo seguiría su curso, "aparentemente" tranquilo. Gauck es el candidato de la oposición, SPD y Los Verdes, un político sin pertenencia a ningún partido y de salir elegido, podría haber una convulsión política. La CDU tiene mayoría en la Asamblea, con lo cual debería poder ganar su candidato, pero todos calculan que Gauck se llevará muchos votos del FDP, los liberales que gobiernan en coalición con Merkel. Procedente de la antigua Alemania Democrática, es una figura simbólica pues fue perseguido e hizo oposición en los tiempos de la DDR. Tras la llamada Wende ('vuelta', pero en el sentido de 'cambio'), estuvo a cargo de las actas de la Stasi, esos archivos ignomiosos que con la precisión alemana guardaron todas las miserias del régimen (recomiendo al respecto la película "La vida de los otros"). Activista a favor de los derechos humanos, Gauck le daría al puesto el carisma romántico que pocos presidentes le han dado hasta ahora. Y en la segunda vuelta de votaciones, se podría llevar los votos de los Linke (La Izquierda). A mediodía comienzan las votaciones. Y de salir elegido Gauck, Merkel tendrá problemas, incluso dentro de su partido. Un poema de Heinrich Heine tiene un verso que todo el mundo conoce aquí: "Denk ich an Deutschland in der Nacht, dann bin ich um den Schlaf gebracht", 'Pienso en Alemania en la noche, y entonces se me pasa el sueño", y algo así le debe de pasar a Merkel, tras la dimisión inesperada de Köhler, y ahora esto.

Como cuerpo extraño en este país (todos los inmigrantes lo somos), y como no puedo votar en nada, ni en un referéndum mísero de Hamburgo, reflexiono sobre la alemanidad, y acuño este término, que seguro que ya está inventado, pues ayer leí que como segundo año consecutivo desciende el número de extranjeros que se quieren naturalizar, pese a un llamamiento que nos hizo Merkel ya hace un año. Yo cumplo todos los requisitos, y creo que hasta pasaría el test de "alemanidad" que todo candidato a un pasaporte alemán tiene que hacer desde 2008. Es un test tipo multiple choice (de crucecitas), en los que hay que responder 33 preguntas y acertar 17, si no no estás capacitado para ser alemán. Acabo de hacer uno de los que hay por internet, y he acertado 29 de 33, y me felicitan y me dicen que he aprobado. De las preguntas que he fallado, traduzco la que más gracia me ha hecho:

"Usted le quiere regalar a su hijo un perro. ¿A qué le obliga la ley?:
a) a vacunarle contra la rabia
b) a registrarle en una sociedad protectora de animales
c) a registrarle en el ayuntamiento y pagar impuestos
d) a educarle en una escuela de perros."

Mi idiosincrasia me dijo que a) era la correcta, pero la de este país dice que es c). ¿Cómo me voy a hacer alemana, señora Merkel, si sigo sin enterarme? Eso sí, el himno nacional me encanta. Es nada menos que de Haydn. Presten atención en el próximo partido de la selección alemana. Por cierto, me empiezan a pedir revancha todos mis amigos y conocidos, y están muy creciditos, y yo no hago más que alterarme en la retransmisión de partidos de España, pues hagan lo que hagan los españoles, no hacen más que criticar su juego, y el gol de Villa, dicen, era en fuera de juego. Lo dijo la listilla del ZDF, y hasta Oliver Kahn le dijo que no es seguro que lo fuera, y que bajo la duda... y hablan, y hablan, y analizan hasta aburrir. Y por eso no me hago alemana, por el tonillo en la vida diaria de sabelotodos y de "controletis". Y lo mismo le pasa a Merkel, que por mucho que quiera atar y atar, se le despendolan unos cuantos, y a saber la que le sale hoy.

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