jueves, 10 de junio de 2010

Sin Feria del Libro

Qué ganas tengo de que se acabe la Feria del Libro de Madrid, como cada año. Parecerá que estando a más de 2.000 km de distancia no me debería atañer, pero sí. En las últimas 21 ediciones, sólo he tenido ocasión de ir dos veces, siendo la última hace dos años, por estar un fin de semana en Madrid por motivo de un concierto. Y volví a pasarme por allí y disfruté un montón. La Feria del Libro para mí es una de las cosas que echo de menos cada primavera, y durante las dos semanas que dura, sigo las noticias con pena de no poderme pasar. Recuerdo haber ido de niña montones de veces. Me encantan los libros, siento mucho respeto por todo lo escrito, y aunque por supuesto que es todo negocio (y qué no), el marco de la feria es incomparable, la sensación de la primavera, y en muchos casos ya calor del verano, el gentío ese tan madrileño y el no poder dar un paso entre tanta gente. Curioso como otros eventos de Madrid no los echo de menos, pero la Feria del Libro sí. Me encantaría pasarme, como cada año, es decir, como cada año que me la pierdo. En Hamburgo no hay feria del libro, y no será porque no se lea o no se compren libros. Las ferias del libro más grandes de Alemania son la de Leipzig, en la antigua Alemania Democrática, y en Frankfurt, esta última gigante, como todo lo que hacen seriamente los alemanes, y tiene lugar en octubre en el recinto ferial de Frankfurt. Pero es otra cosa: tan sólo abre al público dos días y el resto es para los profesionales del libro. Llevo también 20 años queriendo ir..., y cada año me digo que al próximo iré. Pero será porque no es al aire libre, será porque no es en Madrid, será porque es en otoño. Frankfurt no está mal, pero no es ninguna ciudad que me apasione. Es la ciudad de los bancos, no es casualidad que el Banco Central Europeo esté allí, la ciudad de la feria de coches más importante de Alemania, la IAA, y los coches aquí son tan importantes o más que los bancos, y desde luego que los libros. Y en Hamburgo no hay Feria del Libro, ni dentro ni fuera. Una lástima. Pero me imagino un día de lluvia con viento de los de aquí y los libros pingando en un momento.

Y un año tras otro llega junio, y la Feria, y cuando oigo las noticias antes, durante, y al terminar, me acuerdo de muchos meses de junio. Me gusta este mes. Además hoy es el 40 de mayo y el mal tiempo hace que no se pueda quitar uno el sayo en Madrid. Aquí no nos lo quitamos nunca, y ahora pienso en un equivalente para esa frase para explicársela a un alemán. Ni hay 40 de mayo, ni recogemos nunca la ropa de abrigo, ni se entiende el concepto en veranos sin garantía y encima sin derecho a devolución. Junio me encantaba de niña: se acababa el curso escolar, abrían las piscinas, comenzaba el verano (garantizado), y es el mes de mi cumpleaños, y encima con Feria del Libro. Aquí no se acaba el curso escolar en junio, salvo algún año cuando las vacaciones escalonadas alternantes en Alemania lo produzca, pero eso significará que a comienzos de agosto estemos en el cole otra vez; en junio están abiertas las piscinas al aire libre, pero fffffff, como si no; mi cumpleaños sigue teniendo lugar, eso sí, imparable...; y no hay Feria.

Pero el placer de leer no me lo quita nadie, aunque lo haga menos de lo que me gustaría y como tampoco soy tan aguafiestas, les deseo a todos los madrileños que se paseen por la Feria por mí, pero que no me lo cuenten después, que me muero de envidia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario