lunes, 16 de agosto de 2010

El glamour de Gelsenkirchen

Este fin de semana he estado en una fiesta, y tras hablar del Mundial, salió el tema "Raúl". Se sentirá o no se sentirá bien en su nuevo equipo, el Schalke 04, fue la pregunta sobre la que los entendidos debatieron durante un rato. Unos decían que no, que tendrá problemas con el entrenador y con el espíritu del equipo, un segundón, pero que ha llegado al segundo puesto en la liga alemana. Otros decían que sí, que se sentirá bien, que han pagado buen dinerito por él y que será la estrella de la temporada en ese equipo. Pero todos coincidían en que viniendo de Madrid, Gelsenkirchen no es tan..., tan... excitante. Y no lo es, eso es evidente. No he estado nunca, que conste, pero hablaba con gente que conoce Madrid, y como eran alemanes con conocimiento de causa, sabrán de lo que hablan. No, evidentemente Gelsenkirchen no es Madrid, por algo será que no he planeado ningunas vacaciones en Gelsenkirchen todavía, y especulábamos sobre dónde le habrán puesto a Raúl y familia su mansión, que las habrá. Yo dije que a lo mejor en Düsseldorf, la mejor ciudad para la mujer de Raúl (por las compras), pero me dijeron que cae lejos de los entrenamientos. Sigo sin tener noción de geografía alemana para la maraña de ciudades cuyo nombre me dice poco.

En lo que todos coincidíamos es que seguiremos los pasos de Raúl en esta temporada, no habiéndonos importado mucho hasta ahora ese equipo que por el fichaje gana mucho ahora en glamour. Uno dijo que Raúl pegaría mejor en el HSV, y en una ciudad como Hamburgo. Ese salto lo dio otro antiguo madridista, van Nistelrooy, también reciclado en Alemania, como ocurre con entrenadores como van Gaal, que parece ahora bávaro y que se deshace en elogios a su nuevo hogar y equipo. A ver si con Raúl ocurre lo mismo, y elogia el cielo gris y la lluvia. La cervecita seguro que le gusta, y la comida, pues hasta van Gaal dice que le gusta mucho la comida alemana y que los alemanes saben preparar muy bien la carne. Cierto. En comparación con la gastronomía holandesa, la comida alemana tiene carácter propio. Que me lo digan a mí, que junto con los otros entendidos de fútbol, y demás invitados a la fiesta, dimos cuenta no de un cochinillo, pero de un "cochinazo" acompañado de chucrut (que no me gusta nada, pero en gustos, ya se sabe).

Los equipos están calentando motores en diversos torneos, y Hamburgo se prepara para el primer derby en septiembre entre el HSV y el St. Pauli, cuyas entradas se vendieron el otro día rápidamente y hubo gente que estuvo haciendo noche a la puerta del estadio (la locura es mundial). Como la liga me interesa poco, pues dura demasiado (para las mujeres es ideal una Eurocopa o un Mundial: un mes y listo), con St. Pauli en primera, y Raúl por Gelsenkirchen y encima en la Champions, gana algo de interés la temporada futbolística. Lo siento, chicos, pero es así. ¿Le gustará a Raúl Gelsenkirchen? ¿Aprenderá alemán? Seguro que él y su familia echan de menos el veranito, la piscina, la playita. Que me lo digan a mí, que llevo cinco días aquí, y tengo ya la sensación de que el verano queda muy lejano y vuelvo a estar saturada de lluvia, verde y gris y echo de menos los colores del verano. El negocio es el negocio y no compadezco a nadie que firma un contrato de millones, por mucha lluvia que tenga, ya quisieran muchos. Pero no puedo evitar pensar que no ha sido lo apropiado para una figura así. El tiempo lo dirá. Los héroes, como se hacen se deshacen. De eso se encargan las masas, la prensa, y la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario