martes, 24 de agosto de 2010

Sin llamamientos

Creo que no fui la única a la que conmovió ayer la noticia de que Frank-Walter Steinmeier, ex Ministro de Asuntos Exteriores y en la actualidad líder del SPD en el Parlamento alemán, se retira un tiempo de su actividad política para someterse hoy a una operación en la que le donará un riñón a su esposa, que está gravemente enferma. Muchos políticos de todos los partidos se hicieron eco y le desearon suerte en el tiempo que se retira, hasta octubre, probablemente. Y a mí me sorprendió que nadie utilice la noticia para recordar la importancia de la donación de órganos en un país muy reacio a ello.

Si comparo con España, uno de los primeros países del mundo en cuanto al número de donaciones, Alemania es todo lo contrario. Es un tema tabú, como mucho de lo que rodea a la muerte, y siempre me sorprende que oigo más de miedos y restricciones que una actitud positiva y ni mucho menos concienciación. Por otra parte en Alemania se llevan practicando desde mucho antes que en España cremaciones, por lo que me extraña que les preocupe tanto que falte algo a la hora de recoger las cenizas. Pero sí, he encontrado un artículo en el que ponen de ejemplo a España, con 34,2 donaciones por millón de habitantes, y comparan con el 14,9 de Alemania. Por otra parte, 80 % de los alemanes está a favor de las donaciones, pero sólo un 17 % tiene el carné de donante. Yo misma estuve a punto de rellenar uno hace años, y me frenaron, esgrimiendo los argumentos habituales como que si llevas un carné así podrían no darte todas las atenciones debidas por necesitar los órganos, y más que no voy a detallar pues parecen más bien tramas de películas de terror. Y al final no lo rellené, como le pasará a tantísima gente por oír explicaciones tan raras pero que te acaban por amedrentar.

Quizá por ser un tema tan sensible en Alemania, los medios de comunicación se han quedado con la noticia en sí: Walter Steinmeier le dona a su esposa uno de sus riñones, punto, sin pasar a hacer llamamientos de ningún tipo a la población. Si no fuera una persona conocida, ni siquiera transcendería la noticia. Pero en cualquier caso conmueve. No voy a empezar con metáforas de ningún tipo, pues está bien clarito todo: por amor se puede dar todo, un riñón o lo que sea, y no sólo el corazón, metafóricamente o no.

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