lunes, 15 de febrero de 2010

Karneval o Fasching

Los alemanes tienen dos palabras para designar al carnaval, y con ellas se nota si se celebra o no y la religión de la zona que usa cada palabra. Mientras que Karneval es la utilizada en las zonas donde se celebra, que es la parte católica del país, Fasching es la que se utiliza donde no. Yo vivo en zona de Fasching, es decir, en zona protestante donde sólo se disfrazan los niños, ya que por lo demás el carnaval pasa sin pena ni gloria. Salvo en guarderías, colegios o fiestas privadas, no hay indicios de carnaval en ninguna parte. Y el Karneval se celebra en el sur de Alemania, y especialmente en Colonia, Mainz y otros centros carnavaleros del centro y el oeste de Alemania. Hoy mismo, lunes de carnaval, llamado aquí Rosenmontag, Colonia está paralizada y toda la gente está en la calle celebrando. En realidad calientan motores el 11 de noviembre, con la apertura oficial de la "quinta estación del año", como denominan aquí al período desde entonces hasta ahora, y en las semanas antes del carnaval se realizan sesiones de fiesta retransmitidas por televisión con discursitos y canciones con un "humor" que para mí no tiene ni gracia, y nunca he conseguido soportar ni un minuto de esos programas. Las celebraciones en las calles empiezan el jueves, con el Weiberfastnacht, en el que reinan las mujeres. Y el segundo día importante es hoy, el Rosenmontag. Y entremedias, fiesta y más fiesta, hasta mañana.

Mis hijas se disfrazarán mañana para la fiesta del colegio. Pero para que no se emocionen sólo hay cole de nueve a doce, el resto es gentileza de los padres, que deben organizar qué hacer con los niños esa hora de antes y de después, así que saldrán felices al mediodía tras haber festejado tres horas y sin haber tenido clase. Hoy les contaba yo sobre el entierro de la sardina, para darle un toque castizo al asunto, y mi hija mayor me ha mirado toda seria y me ha dicho: "Pues con lo tristes que son los entierros, no le veo la gracia". Yo he tratado de hacerle ver que es una ceremonia divertida, pero no se lo ha parecido, y encima una sardina, con lo poco que le gusta el pescado. En realidad el carnaval no es una fiesta que me guste, pero viendo tanta nieve por todas partes y que no hemos subido de 0°C desde diciembre, este año me encantaría estar celebrando el carnaval de Tenerife o ya puestos el de Río de Janeiro, y ver a la gente tan ligerita de ropa. No es ya por disfrazarme, sino por quitarme el abrigo, la bufanda y las botas. Vamos, que me ponía unas plumas.

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