lunes, 8 de febrero de 2010

Mal comienzo...

La enfermera de la consulta de cabecera a la que voy siempre me ha dicho antes de manera muy aguda: "Podían haber comprado sal para quitar la nieve en vez de tanta vacuna para la gripe A". Cierto, pues la demanda de la última no ha sido la esperada, pero la de la sal... Se ha acabado, y siguen sin echar nada en las calles. A la vuelta de mi escapadita de fin de semana sigue todo igual. Ahora la gente quita las placas de hielo dando golpes con las palas, y están todos los trozos de hielo amontonados, como en el cuadro de Caspar David Friedrich. Lo pintaría en un invierno como este, en 1821 concretamente. Eso para que digan que los inviernos ya no son lo que eran antes.

Y yo con bronquitis: "No debe Ud. hablar, y debería darle la baja", me ha dicho antes la doctora. Esto tiene su guasa. Primero he de propagar que POR FIN me ha salido trabajo. Y comienzo el miércoles. Es un trabajo en el que tengo que hablar, pues se trata de enseñar español a dos grupos grandes. Y si yo no hablo, no hay clase de español, y es muy mal comienzo darse la baja el primer día. Así que no. Un antibiótico y un silencio autoobligado hasta el miércoles por la tarde, harán el resto. Esto puede traer repercusiones: A) que mis hijas se me suban a la chepa estos días, y B) que en vez de español, con la vocecita que se me ha quedado sería quizá mejor enseñar francés.

Mi maleta está a punto de llegar. Se fue a Copenhague, ella solita. Y esta mañana ha regresado a Hamburgo y ahora está de camino a mi casa y espero que llegue en cualquier momento, para poder iniciar el ataque al chocolate comprado en Bélgica. Por suerte compré mucho más aún para llevar a mano. Las cosas importantes no se guardan en la maleta, aprendí hace tiempo. La manía que tenemos los que importamos cosas de otros países, con la convinción sibarita de que la especialidad de ese país es mejor. Y lo peor es cuando nos hacemos expertos y vas por Bélgica diciendo: "Este chocolate es mejor que éste. Éste es para casa. Éste para los momentos de lujo". Los que hemos vivido en Bélgica nos manejamos entre las marcas de chocolate como si dijéramos "Este es un gran reserva y este un gran cru". Ay, qué pedantes nos volvemos a veces. Cuando lo importante es tener voz y no toser cada minuto. Ahora que me ha salido trabajo...

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