miércoles, 3 de febrero de 2010

La marmota y las vacaciones de verano

"La marmota Phil augura seis semanas más de invierno", dice un titular de hoy de El País. Si no fuera por aquella película que hizo conocida mundialmente a la famosa marmota y los machacones que son los medios de comunicación en presentarnos costumbres americanas que a lo mejor piensan que deberíamos adoptar, como el Halloween, nadie sabría de tal costumbre, de la que ahora se informa cada año, igual que del comienzo de las compras navideñas en EE.UU. el día después de Thanksgiving, algo que me irrita (no las compras sino que nos lo cuenten). Pero según el animalito, cuya sombra al salir de su madriguera pronostica cuánto queda del invierno, a los americanos les quedan 6 semanas. ¿Y a mí quién me dice cuánto me queda de este invierno tan insoportable? No hay indicios por ninguna parte, pues hasta el pajarito que habita en la casita del jardín anda desaparecido. Parece que quiere derretirse la nieve, pero digo parece pues está cayendo algo más, y la que se avecina cuando se derrita será buena. Vamos a tener que desplazarnos en barca. En algunos lugares de Alemania hay más nieve acumulada de lo que jamás han registrado desde que se anota todo lo concerniente al tiempo. Y hoy he visto a mi vecino de enfrente que como cada mañana retira con la pala la nieve de su acera y la tira a la acera de enfrente, es decir al seto de delante de mi casa. Hay verdaderas batallas de nieve entre vecinos.

Y sin embargo, en pleno invierno, o precisamente por eso, es momento de ir pensando en las vacaciones de verano. Me hace gracia que en España los anuncios de las ofertas de vacaciones suelen salir en primavera. Aquí salen los catálogos en octubre, y la gente reserva muy pronto. El otro día me saltaron todas las alarmas cuando una amiga me dijo que está mirando ya catálogos para las vacaciones de marzo del año que viene. ¡Pero si todavía no hemos pasado las de marzo de este año!, pensé yo. Y en ese momento caí en la cuenta de que ni siquiera he pensado en las de este verano. Bueno, en mi caso no hay mucho que pensar, pues se trata de España o España, pero sí que si vamos a la playita habría que empezar a pensar, pues viniendo del extranjero, no es tan fácil como al vivir en la península, pues hay que organizar vuelos, entre otras cosas.

El otro día iba yo de madrugada en el coche con tres españolas más, a las que acerqué a sus respectivas casas. Al ver el hielo e ir conduciendo a 20 por hora y el coche patinado, una de ellas dijo: "Chicas, esto debería hacernos reflexionar...", y tenía razón, ¡qué hacen unas cuantas españolas metidas en esta climatología!, pues como relatábamos todas durante la cena, encima tenemos que oír los comentarios de la gente aquí: "Por fin un invierno decente", "Qué bonita es la nieve", "Salvo por tener que quitar la nieve por las mañanas de la calle, por lo demás es una maravilla". Sí, maravilloso. Es para reflexionar, como dijo esta chica el otro día. Ésta misma relataba que ya ha hecho la reserva para Mallorca para el verano, dos semanitas en las que se va a pasar el día "vuelta y vuelta", es decir, tumbada en la toalla, y tostándose por un lado y por otro.

Ay, creo que debo mirar algo. Me lo dicen los montones de nieve. Ahora mismo me siento como los de la película de la marmota, levántandome cada día y viendo el mismo panorama. Empiezo a pensar en las playas de Cádiz, por ejemplo, y una buena bandeja de pescaíto frito.

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