lunes, 1 de febrero de 2010

Terapias para madres

¿Qué hacer cuando uno está hasta arriba de los niños? Por ejemplo ir al médico y solicitar una Mutter-Kind-Kur, que es una estancia en el balneario con tu hijo, para así calmarte los nervios y volver a casa restablecida y así tirar otra temporadita, hasta que no puedes más y solicitas otra de estas terapias, y así. Hoy justo he oído de dos amigas sobre éstas terapias: la una anda en proceso de solicitar una, preparando todo el papeleo (lo paga el seguro), y me decía que si sería más bonito éste u otro sitio, que ahí no ha estado...; y la otra me ha escrito hoy contándome que se fue de Kur hace dos semanas, pero que la tuvo que interrumpir porque a su hija le dio una apendicitis. Con lo bien organizadito que lo tenía todo. No quisiera yo ser quien deniega esas estancias, pero si yo fuera la responsable, 90% no iría. En muchos casos está justificado, tras enfermedades, ¿pero en plan vacaciones?

La doctora de cabecera a la que voy tiene colgado del mostrador de la enfermera un póster con el reclamo: "Terapia para madre e hijos. Consúltenos". Cada vez que estoy en la sala de espera viendo ese cartel me entran sofocos sólo de pensar en pasarme tres semanas con gente más desequilibrada que yo, y con más niños que los míos... Hace poco le comenté a la enfermera de mi desasosiego, y le dije que si yo fuera tres semanas a un sitio de esos, a mi vuelta me tendrían que internar definitivamente. Y ella lo confirmó, teniendo en cuenta que ve a las candidatas a tales sesiones de relax, y que alegan todo tipo de trastornos psíquicos o físicos para ir.

Estas terapias son una de esas vacas sagradas en Alemania que yo quitaría de inmediato. ¿Por qué están esas mujeres tan agobiadas? ¿No será por falta de otros alicientes, o en muchos casos medios económicos para irse (varias veces) de vacaciones? Entonces digo que estoy mal de los nervios, y al menos me voy con el crío tres semanas. He oído a algunas hasta quejarse de que "encima" se tienen que llevar al niño, y que así no descansa nadie. Vamos a ver: quién ha dicho que con un niño puedas descansar. Pero si es como el caso de una que conozco, que tiene cuatro (quién le manda), que tiene los nervios destrozados, que critica a las que trabajan por malas madres, critica a los que quieren imponer las escuelas con horario hasta por la tarde, pero que se va dos veces o tres al año a estas estancias, que pagamos todos y que junto con otros excesos han hecho que el sistema sanitario se vea desbordado, es como poner tiritas a alguien que sigue trabajando con cactus. Y un día que ya no me pude aguantar, le dije a ésta que a lo mejor con un par de horas más de colegio y un trabajo no necesitaría estas terapias. Pero no. Se trata de quién es mejor madre, en cantidad de horas y no en calidad, y de autofustigarse. Y sé de lo que hablo, tras un día en el que no he pisado la calle por tener una niña mala, pero no lo suficiente mala como para que esté durmiendo todo el día plácidamente sino con energía suficiente como para decirme mil veces que se aburre, y pelearse con su hermana. Así que hoy me estaba planteando ir y solicitar una terapia de ésas. Pero por suerte se me ocurren mejores cosas que hacer, ... como escribir este blog, y otras más de las que no voy a hablar. No sea que me internen de verdad.

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