viernes, 26 de febrero de 2010

Viernes de cuaresma

Los viernes de cuaresma siempre me acuerdo del potaje que hacía mi madre, debido al "sacrificio" de no comer carne que se seguía en mi casa, pero a mí me parecía más sacrificio el potaje, y siempre decía que a mí no me importaba no comer carne, pero que qué tal probar con otras cosas ... ¿pescado?, ¿otros guisos? Ahora me río, pues sí que me gusta el potaje, pero se quedó en uno de esos platos de la infancia que no he vuelto a comer, pues yo no lo hago, aunque podría, y la cuaresma tiene connotaciones de viernes de potaje, con sus garbanzos y espinacas.

Aquí en la cuaresma, llamada Fastenzeit ('tiempo de ayuno'), se hace otro tipo de sacrificios. Se renuncia a algo, y es normal que la gente no coma por ejemplo chocolates o golosinas duante la cuaresma. Sonará chistoso, pero a los alemanes, grandes consumidores de golosinas, tipo ositos de goma, y montones de chocolate, lo es. A mí, que no soy golosa, siempre me ha parecido curioso, pues eso no me supondría ningún sacrificio. Es como lo de no comer carne: que me den un buen pescado, que me gusta más de todas formas; y lo mismo respecto a los dulces: que me den una bolsa de patatas fritas... Pero aquí se hacen sacrificios así, de ese tipo, como no beber alcohol en cuaresma, o reducir su consumo, y cosas por el estilo.

Lo interesante es saber en qué acaba esto... es decir, en el atracón a chocolates de la Semana Santa, pues aquí el domingo y lunes de Pascua sobre todo, se come mucho chocolate: huevos y liebres de chocolate de todos los tamaños y sabores. Y siempre me ha divertido ver que los amigos que te cuentan que no comen chocolate durante cuarenta días, luego se ponen las botas esos días.

Como no me resulta difícil no comer carne, ni golosinas, me pregunto qué sería un buen sacrificio para mí, y no me cabe la menor duda: renunciar a mi ordenador durante 40 días. Eso sería la mayor flagelación y penitencia. Por suerte no creo en estas cosas...

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