lunes, 24 de mayo de 2010

Fin de las vacaciones

Con el día de hoy, festivo en Alemania, se han acabado las vacaciones escolares de Pentecostés en Hamburgo, diez días en mi opinión superfluos que van desde el jueves de la Ascensión hasta el lunes de Pentecostés. Son esas vacaciones de mayo prescindibles, en mi opinión, por mucho que digan los acérrimos de la costa del Mar del Norte o del Mar Báltico que han ido a pasar frío estos días allí. Vacaciones de forro polar y de viento que atraviesa. Y a mí salvo por el madrugón diario, me alegra que se acaben. Ahora será la recta final hasta final de curso el 8 de julio.

Pero empieza a entrarme pavor ya. Esta tarde, entran los e-mails. "Atención, madres, el 24 de junio es el triatlón y necesitamos a voluntarias que lleven las bicicletas la tarde de antes con coches grandes o remolques, y las vayan a recoger al día siguiente. Además se necesitan acompañantes para esa misma mañana, que hay que animar y pasar una mañana maravillosa con nuestros hijos". ¿Pero no iban al colegio para hacerse personas independientes para el día de mañana y dejar de ver a sus madres aunque sea sólo de ocho a una?

Luego hemos tenido el entretenimiento emotivo de las vacaciones, con estas cosas que a mí no me conmueven nada. Ya mandaron hace dos meses papelitos a rellenar por los niños de cuarto, por motivo de su cambio de colegio el curso que viene, y yo lo he pospuesto hasta el final del plazo: entrega mañana. Como se despiden y cada uno coge un camino distinto, tenían que rellenar tres hojitas, una con todo tipo de información tipo "La señorita se ponía contenta cuando yo ...." " La señorita se enfadaba cuando yo ...", (y esto para dos profesoras) "Mi lugar favorito en el colegio es ...", "Mi mejor experiencia", "Mi peor experiencia". Luego en otra hoja tenían que escribir una redacción con alguna experiencia maravillosa, se supone, y en otra hacer un dibujo. Todo esto, había que fotocopiarlo en color, 30 ejemplares de cada hoja, por lo que a mí el otro día se me cortó el hipo por el precio de 90 fotocopias en color para algo que luego dejarán tirado por ahí y ni harán ni caso. Pero se trata de la alegría y las lágrimas de sentimentalismo de las madres que han organizado el "comité de la despedida", como lo llaman. Y lo contenta que estoy yo de despedirme de algunas, aunque sé que en el nuevo colegio habrá ejemplares organizadores parecidos. Pero lo mejor fue que mi hija, salvo información como dirección o e-mail ha dejado muchas cosas sin responder: "Si digo que la señorita se ponía contenta cuando sacaba buenas notas es ser una creída", y tampoco parece que haya tenido malas experiencias. Así que acabó rápido. Asunto liquidado.

Siguiente tomadura de pelo: la semana de excursiones de la clase de primero, la de la otra. La clase realizará en junio una semana de excursiones diarias, sin quedarse a dormir, de ocho a tres todos los días. Necesitan madres acompañantes, claro. En este país muchos profesores delegan responsabilidad en cuanto pueden. En un momento de debilidad ofrecí acompañar el primer día, no por las profesoras, no por el colegio, no por las otras madres, no por los otros niños... sino por mi hija, que ya me ha dicho montones de veces: "Mamá, tú nunca vienes, ni a sacar juguetes en los recreos, ni a leer con nosotros, ni a repartir leche, ni a nada...". Y esta vez decidí darle una alegría, aunque me amargue la mañana. Pues ya me amargaron el día por anticipado: un e-mail de la profesora anunciaba que las madres acompañantes tienen que pagar los 13,70 € por el viaje y comida del día. Si no fuera porque mi hija ya cuenta con que vaya con ella, decía que no iba, pero estoy a punto de organizar una trifulca en el colegio, con la directora directamente, y decir que el sistema es vergonzoso, que aunque puedo pagar los 13,70 € me parece denigrante que además de sacrificar mi tiempo, encima tenga que pagar. Y lo que yo no sabía y que me dijo otra madre que pringa en muchas ocasiones y que me envidia por escaquearme siempre: si a algún niño le pasa algo estando yo al cargo de él, encima me la cargo yo, no estoy asegurada.

Genial genial, la vuelta al cole. Que no nos pase nada. Son sólo seis semanas, y lo que nos van a cundir.

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