sábado, 8 de mayo de 2010

Más de barcos, espárragos y cenizas volcánicas

Al final si vi las fiestas del puerto anoche, y junto con miles y miles de personas, sin esperármelo, presencié la llegada del Queen Mary 2, uno de los barcos de pasajeros más grande del mundo. No llevaba mi cámara para captar el momento, a las once y media de la noche en punto, como nos dijo el amigo que nos acompañaba a mí y a mi hermana, y efectivamente, el barco fue puntual, como vieron miles y miles de personas a través del objetivo de su cámara mirando en la misma dirección. Yo les hubiera hecho la foto a todos ellos, pues era una imagen graciosa. Ya habíamos bebido las primeras cervezas de la noche, cuando bajamos del barrio de diversión, la Reeperbahn, que está arriba, al puerto, que está abajo, donde había más diversión por las fiestas. Normalmente se hace al revés: una vez atracado su barco los marineros suben a divertirse a la zona de prostitución y copas. Pues sí que es grandecito el barco, impresionante hasta para alguien como yo que jamás hará un crucero, pues la idea no me parece nada atrayente: estar encerrada varios días en un barco con miles de personas haciendo lo mismo. Y esas miles de personas que hacen todo de forma sincrónica, nos saludaron a los que estábamos en tierra, y pensé en el Titanic, y la emoción de cuando salieron y lo mal que les fue. También había un buque de guerra francés, y mi amigo bromeó sobre los marineros franceses... que a lo mejor nos gustaba ver el panorama. Era muy de noche ya, y no se veía nada del panorama, que o estaba durmiendo, o celebrando en las calles de arriba, como hacen los marineros que se precien, y la visita a la fragata era hoy de diez a cinco, con lo cual nos hemos quedado sin verles, por preferir ir de compras, otro placer mundano. Pero hubo más copas con gente de todo tipo, entre los fans del St. Pauli celebrando el ascenso a primera y las figuras extrañas de la noche, el mejor de todos un escocés con falda que iba haciendo eses por la calle por la que llevaba encima, o un inglés vestido como una cheerleader bailando en un bar. Aunque yo sabía que no iba a acabar así, dejé el coche en casa, algo que no hago nunca, para poder beber algo. No acabé ni mucho menos como el escocés, pero sí que aplicó lo de "si bebes no conduzcas", aunque el estado de muchos me hizo plantearme si es razonable que no controlen a los que van en bici.

Hoy ha sido día de resaca, es decir, de compras, o de lo que uno hace cuando la hermana viene a verte. Y como hermana no hay más que una, y debe empaparse en toda la teutonidad habida y por haber, el menú lo elegimos anoche por unanimidad mi amigo y yo: espárragos blancos, la comida del mes de mayo, con el jamón típico ahumado, el Katenschinken, y patatas cocidas. El me dijo que no me olvide del perejil fresco (nada de bote), que es muy importante. Me salté esa norma, y fue de bote, lo siento, alguna licencia me permito, pero es que la resaca me impidió apuntarlo en la lista de la compra. Pero a la visitante le ha gustado el plato típico, y encima hemos aprendido lo que no sabíamos: que la temporada del espárrago se acaba el día de San Juan y a partir de ese día ya no sacan ninguno de la tierra. Lo curioso es que mi hija de 9 años me ha explicado hoy por qué (lo que aprenden aquí en los colegios): a partir de ese día ya salen de la tierra y no mantienen el color blanco pues les da el sol, y que si son blancos es porque crecen debajo de la tierra, mientras que los verdes son de este color porque les da el sol (¿qué sol?). Ah, comprendo: los espárragos entienden de calendario. Me parece a mí que es más marketing que otra cosa. Le da seriedad a la estación de los espárragos, como se llama aquí, die Spargelsaison.

Es genial pasar tiempo con la hermana que una ve poco, y aunque hermana no hay más que una y la visita es por desgracia demasiado corta, espero que la nube volcánica que acecha en los cielos europeos no dificulte su regreso mañana. Ella ya está temblando, y yo, con la templanza que me caracteriza en pocas ocasiones le digo que si no podrá seguir disfrutando de 12°C y lluvia, tarta y café, y de toda la vegetación que tenemos, espárragos incluidos, y hasta el 24 de junio, tenemos tiempo.

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