lunes, 10 de mayo de 2010

A pesar del volcán ha merecido la pena

Anoche me dormí tras recibir un sms con la frase del título de esta entrada. Ese mensaje puso fin a la odisea de regreso del viaje de mi hermana, tras su fin de semana en Hamburgo. Aterrizó a medianoche, tras haber pasado malos nervios y una espera de muchas horas en un aeropuerto en medio de Europa, al calor de unas cenizas invisibles desde tierra que se desplazan por todo el continente y que trastocan los planes de miles de viajeros.

Buena frase: "A pesar del volcán ha merecido la pena". Podría ser mi lema, pues hay cosas, que por muchos contratiempos que tengas antes, durante, o después, no te enturbiarán jamás lo vivido, pues esas malas sensaciones podrás olvidarlas o no, pero no ensombrecerán para nada lo positivo, pues separas cien por cien, ya que no tienen nada que ver con la experiencia en sí. Nada te quita lo que has tenido, ni un volcán que te retrase un vuelo, ni nada.

Nos tendremos que acostumbrar a tener al volcán presente a la hora de volar, al menos durante un tiempo, ni siquiera el volcán sabe cuánto. Pero me da la sensación de que así está siendo, que la gente se lo toma con filosofía, salvo en casos extremos, claro. Es la llamada "fuerza mayor", lo imprevisible e incalculable, con lo que no contamos pero que pasa y que tenemos que aceptar porque es así, y porque aunque nos demos de cabezazos contra la pared, no podremos cambiar. No obstante nos los damos, pataleamos, nos cabreamos, cuando lo mejor es aceptarlo y relajarse. Pero ésa es la famosa teoría, mientras que la vida es la práctica.

Y así aprendemos a vivir con el volcán, que en cualquier momento suelta cenizas y humo que hacen peligrar nuestro viaje a través de la vida, pero que no estropean nada. Porque tú lo que quieres es viajar, y porque a pesar de todo, merece la pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario