domingo, 20 de septiembre de 2009

Escuelas para toda la vida

Dos y media de la mañana en un bar de Ottensen, un barrio de Hamburgo que forma parte de Altona y que es una mezclina de tribus urbanas que lo hacen tan especial. Estoy con un amigo mío, y de repente entra una mujer en el bar y ambos nos miramos y decimos, "Pero si es..." Y era..., una compañera del banco donde trabajábamos los dos, y hacía 10 años que no la veíamos. Ella nos reconoció también de inmediato. Y en un momento me trasladé al año 1992, cuando empecé a trabajar en el banco, pues aunque ella entró después en ese departamento, trabajamos juntas un par de años. Como ella me recordó anoche, sobrevivir la escuela de ese departamento te prepara para todo en la vida laboral. Entré por mis conocimientos de idiomas y me pusieron a escribir en español, pues en alemán lo hacían "ellas", y con "ellas" me refiero a las compañeras a las que mi marido denominaba las hienas. El ambiente era insoportable. Se criticaba a cualquiera según saliera por la puerta, y no había problema en tratarlo con desdén en su presencia. Se boicoteaba todo lo que no fuera "como lo hemos hecho siempre", y la visión de la vida y de los demás era de lo más esteoreotipada que he visto nunca. Y ahí aterricé yo, tras llevar sólo un año y medio en Alemania, con 22 añitos, y sin saber bien alemán (algo más para criticar, pero y lo mucho que aprendí ahí...). Pero debí de romperles bastante los esquemas con todo: "No tenemos nada en contra de ti, pero... los estudiantes son unos pedazo de vagos que se aprovechan de todos los trabajadores como nosotros" (yo era estudiante). "Nada en contra de los extranjeros, pero... son unos parásitos que llegan a Alemania a aprovecharse de nuestra riqueza" (yo soy extranjera). Aguanté el chaparrón seis años y un ambiente de trabajo que pude soportar por ser media jornada para mí. Ellas se descuartizaban a jornada completa. Como me decía anoche la otra víctima "a ti te tenían mucho respeto, y nunca les oí criticarte en nada, y eso que allí no se salvaba nadie", y es cierto. Milagrosamente coseguí que me respetaran y que no me hicieran participar de su guerras internas y externas. "¿Y tienes contacto con ellas?", me preguntó, y yo dije "Noooo, imposible", y se empezó a reír, sin palabras, pues no hacían falta. La escuela fue para toda la vida. Entre las muchas que pasaron por allí esos seis años y que salieron espantadas o expelidas, recuerdo a una italiana que trabajó unos seis meses en el departamento y a la que hicieron mobbing en toda regla. Ésta, un día, para tratar de agradarles en algo, trajo una tarta hecha por ella. Tuvieron la poca decencia de no probarla siquiera. Ése era el comportamiento habitual.

Tenía completamente olvidada esta etapa de mi vida, por dura, pero anoche me dio un ataque de risa, al igual que a la otra al recordar ciertos detalles que tenía olvidados, y que recordé de golpe a altas horas de la madrugada. Quedamos en volvernos a ver, para reírnos tanto como lo hicimos anoche. Dijimos que no era casualidad que nos encontráramos en ese bareto, que estaba ya casi vacío, y donde mi amigo y yo hablábamos de todo tipo de problemas tras haber visto "El Anticristo", de Lars von Trier. La película nos dejó algo revueltos, sobre todo a mí. Recomiendo dos terceras partes de la película, y eso no a todo el mundo. La última no se la recomiendo a nadie. Habría que hacer películas en las que pusiera: "Los que hasta ahora hayan estado más o menos conformes con lo ofrecido, salgan ahora mismo de la sala. Los que quieran lamentar después haber visto esta película, quédense". Mi amigo me comentó después que el truco para soportar tales escenas violentas es imaginarse todo el set de la película alrededor de los actores, con los focos y las cámaras, y que entonces se le quita el morbo y la seriedad al trance. Y razón no le falta, nunca lo había pensado. Quizá éso es lo que hice espontáneamente en aquellos seis años que trabajé con aquellas brujas. Ignorar que aquello podía ser la realidad. No obstante, si lo llego a saber, me hubiera ido antes de que empezara lo peor de la película.

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