domingo, 27 de septiembre de 2009

Impresiones de mi primera carrera

Teniendo en cuenta que he estado bastante lesionada los últimos tres días...
teniendo en cuenta que no hace ni un año que empecé a correr...
teniendo en cuenta que en los "últimos" 5 kms (o sea la mitad de la carrera) he tenido bastante flato...
teniendo en cuenta que era mi primera carrera...

...creo que ha sido todo un hito llegar a la meta tras 10 kms. Lo bueno de la primera carrera es que el objetivo es llegar, y ya ni siquiera eso de que lo importante es participar, porque yo si me maltrato ha de ser por algo, y no por frases huecas. Yo quería llegar, y los últimos tres días, tras decidirme a participar incluso con la lesión, mi meta era no tener que abandonar antes de tiempo.

El lugar de la carrera es de ensueño. Por caminos y veredas, sin pisar asfalto, paralelos al Alster río. El lago del centro de Hamburgo es en sí un río que nace 56 kms al norte. La carrera era en un tramo, paralelo al río, entre la sombra de la arboleda. Había varias modalidades de carrera a la vez, desde la media maratón, una de 10 kms (la mía), una de 4 kms, y otra de walking. El comienzo de todas las carreras ha sido escalonado, y yo estaba ya estos días estresada de si me iba a confundir de carrera por el camino, pero estaba todo muy bien organizadito (por qué dudo siempre de la capacidad alemana). Tras 2 kms, al ver a los niños de 10 ó 12 años pasarme, he estado tentada de torcer a la derecha en un cruce donde una señal nos dividía, pues ellos corrían la de 4 kms. Pero he seguido con los míos. Como no soporto las injusticias, me ha parecido mal que en la salida todos los que ya tenían pinta de correr más rápido que yo hayan salido mucho antes. Encima eso. Eran en su mayoría hombres, pero luego he pensado "que vayan delante si lo necesitan". Y sí que he observado esa rivalidad en la carrera. Me daba la sensación de que los hombres se lo tomaban mucho más en serio mientras que las mujeres, como sexo débil, nos podemos permitir el lujo de flaquear. Y algunos iban a una velocidad que me pregunto si no se estaban aprovechando de las circunstancias, teniendo en cuenta que era una carrera popular, y no una profesional, ...así cualquiera.

Las mujeres, a las que nos gusta más la compañía e ir hablando, iban en su mayoría de dos en dos. Así he corrido yo, con una amiga que tenía además experiencia en la misma carrera e incluso de una media maratón. Ella no se ha separado de mí en todo el rato, y eso que corre mucho más rápido. Como es muy buena persona me dice que eso es porque es mucho más alta que yo, y porque tiene las piernas muy largas. Sí, será sólo por eso... Ha sido una buena psicóloga todo el rato, dándome ánimos por estar yo fastidida por el flato, y diciéndome "¿no te parece increíble que hace un año ni siquiera corrías?", para luego decirme "tú no hables". Me iba diciendo también que en Hamburgo lo del mal tiempo es un tópico, "pues mira el día tan precioso hoy" (22°C y sol, sin ninguna nube en el cielo), "y te aseguro que en todas las carreras hace buen tiempo". Eso es jugar también con ventaja, pues al no poder hablar yo, parece que he asentido encima. Pero es una mujer excepcional, y le he dejado esa concesión, que a los hamburgueses les encanta. En el último kilómetro, tras llevar diciéndoselo un rato (¿será por eso el flato?), he conseguido que tirara sola para delante y yo he seguido a mi ritmo, es decir, el mismo de todo el rato. Reconozco que al ver las últimas señales de "sólo 500 m" y "sólo 200 m", me ha embriagado la emoción y he estado a punto de ponerme a llorar. Pero sólo "a punto", porque estamos en Alemania, y porque no quería dar la nota otra vez siendo la española sentimentaloide. Así que encima he hecho como si me hubiera resultado fácil la cosa, con lo preocupada que estaba yo por la pierna, habiendo corrido vendada y todo. Al pararme en la meta, a mi lado había otra corredora que estaba tan agotada (¡o más!) que yo y le he dicho "en realidad es un infierno, ¿no?", a lo que ella por suerte me respondido "desde luego". Y me he ido a por el regalito de la llegada, con la sensación de que tampoco ha sido para tanto, de que en mi próxima carrera sé que llegaré, y de que jolines, ¡lo he conseguido!

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