martes, 29 de septiembre de 2009

Gemütlich

Si hay una palabra por excelencia del idioma alemán, ésa es gemütlich o Gemütlichkeit. Se aprende en las clases del idioma para extranjeros como algo indefinible, como algo particular del alma de esta cultura. Viene a significar 'acogedor' como adjetivo, y como substantivo me resulta imposible traducirlo con una palabra, pues es el 'estado de encontrarse a gusto en el espacio al que te refieres' o esa sensación misma. Más se acercan el inglés cozy y coziness. Pero aquí se usa mucho más, y para definir montones de situaciones o circunstancias. Dado nuestro carácter más festivalero (y "pendón"), los españoles buscamos más salir, juntarnos con amigos en la calle, en el bar, y menos en las casas. Aquí la vida se hace más de puertas adentro, y por eso se busca la Gemütlichkeit.

A pesar del septiembre tan soleado que hemos tenido, ayer se acabó definitivamente y ha empezado a llover. Con las ráfagas de viento y la lluvia, empiezan a caer más hojas de los árboles, más bellotas y castañas, y con el otoño comienza la Gemütlichkeit, no para mí, sino para la mayoría que se quiere autoconvencer de que todo tiene su parte positiva (yo siempre digo que donde esté una noche cálida de verano, que se quite toda la Gemütlichkeit del mundo). Mismo en la prensa nos lo recuerdan y me llama mucho la atención lo mucho que se menciona aquí el paso del verano (éste ha sido decente, pero incluso cuando no lo es) a la estación fría, y se nos empieza a preparar mentalmente: "Comienza el tiempo de la Gemütlichkeit", anunciaba el periódico local la semana pasada, y daban todo tipo de ideas para hacer en tu acogedor hogar, como hacer figuritas de animales con las castañas que caen de los árboles por todas partes, o decoración con las hojas caídas (pobre reciclaje, teniendo en cuenta las toneladas que caen). Todo esto se hace aquí, sobre todo con los niños, que en los colegios cantan canciones sobre el otoño "Der Herbst, der Herbst, der Herbst ist da!", una cancioncilla con la que manifiestan la alegría de que ha llegado el otoño. Todo muy gemütlich. Luego hablan de los paseos de otoño, tras los que recogerte después a tu hogar tan gemütlich y tomarte un té con tarta de manzana hecha por ti, claro, si no no vale. Porque gemütlich es también hacerla tú mismo, al calor de tu cocina y hogar, y si es con los niños mejor, porque gemütlich es estar a gusto, en cualquier circunstancia o situación y compatir actividades con los tuyos, para llenar el espacio y el tiempo. Gemütlich es también sentarte en tu sillón favorito y leer un libro, tapado con una manta. Las librerías hacen publicidad sobre el comienzo de la temporada de lectura (aunque en verano hacen lo mismo de cara a las vacaciones, mmmm). Gemütlich es encender una vela mientras te tomas tu café, mientras lees tu lectura otoñal. Y el colmo de la Gemütlichkeit es el invierno, cuando hace un frío de muerte y te has de autoconvencer más áun de que nada como estar bien contigo mismo, porque fuera no hay quien pare, y porque encima anochece a las cuatro de la tarde, y la Gemütlichkeit se prolonga unas cuantas horas más. Porque Gemüt, el substantivo del que se derivan las palabras mencionadas es el alma, el ánimo y el espíritu. Y el que no lo tiene es porque no quiere.

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