viernes, 4 de septiembre de 2009

Personajes ilustres

Ando estos días siguiendo la lista de candidatos que propone el periódico local para que los lectores elijan al hamburgués o hamburguesa más importante. Miro la lista, y admito que ni incluso llevando tantos años en esta ciudad conozco a todos. Algunos para mí son sólo nombres de calles, y otros los he acabado por conocer por llevar tanto tiempo aquí, y porque son parte del inventario de la ciudad. Yo, como soy algo enrevesada, formulo la pregunta de otra manera: ¿Qué personajes ha aportado Hamburgo al mundo? Y mirando la lista de 60 personajes, se me reducen al político Helmut Schmidt, a la diseñadora Jil Sander, los futboleros quizá conozcan a Uwe Seeler, y los cinéfilos, y a lo mejor ya es difícil, al director Fatih Akin. Pero al resto, sin quitarles mérito pues entre ellos se cuentran Axel Springer, el fundador del grupo de prensa Springer, o Rudolf Augstein de la revista Der Spiegel, y muchos otros personajes de gran relevancia para toda Alemania dudo que los conozca nadie más allá de las fronteras alemanas. Yo no sabría a quién votar, la verdad.

Más desconcertada me dejó la elección del belga más importante de todos los tiempos, que seguí en mi primer año en Bélgica, cuando la tan joven nación cumplía 175 años. Como los mismos belgas dicen que el único belga es el rey, la elección se desdobló en dos, es decir, el belga más importante según las votaciones de los telespectadores de Valonia y los más votados por los de Flandes. Dos de las cadenas principales, una francófona y otra flamenca organizaron la elección por separado (hasta eso) y el resultado fue distinto, como lo es todo es ese país. Para mí fue divertido primero constatar que no conocía a la mayoría de los candidatos, y segundo pensar "ah, ¿pero ése es o era belga?". Los flamencos eligieron a través de su cadena de televisión al Padre Damián como el belga más importante (desconocido para mí), seguido de Paul Janssen (también) y de Eddie Merckx en tercer lugar (éste ya me sonaba); y los valones a Jacques Brel como primero, el rey Balduino en segundo lugar, y al Padre Damián en el tercero. Como todo lo francófono se suele identificar con Francia, yo no sabía que Jacques Brel era belga. En la lista elegida por los flamencos aparecía entre los diez primeros Rubens, que en realidad no era "belga", pues antes de esos 175 años Amberes estaba en Flandes, que formaba entonces parte de los Países Bajos), y entre los diez primeros francófonos se encontraban el pintor surrealista Magritte, Hergé (el creador de Tintín), y George Simenon, autor de las novelas del comisario Maigret. Pero el resto de personajes eran totalmente desconocidos para mí.

En Alemania la misma elección dio como resultado a Konrad Adenauer en primer lugar, en Gran Bretaña a Wiston Churchill, y en Holanda algo sorprendente, Pim Fortuym, el político populista que fue asesinado. Me hace gracia el afán de canonizar a los personajes, en darles un rango en una escala que no le sirve de nada a nadie. Y si ya es raro elegir a los personajes más importantes de un país, un más sinsentido me parece elegir a los de una ciudad. Es como si buscásemos al madrileño más importante. Si tuviera que hacer una lista me costaría y tendría que pensar mucho. Ahora mismo, de manera espontánea, salvo Mariano José de Larra (y menos mal), sólo se me ocurre el oso y el madroño.

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