jueves, 4 de marzo de 2010

Fulanita

Ayer apareció un nuevo personaje en mi casa: "Fulanita", y porque no mencioné a "Menganita", que si no... Hablándoles a mis hijas de que me dejaran en paz con tanto quedar con amigas cuando yo no puedo llevarlas y traerlas, les dije que cuando sean algo mayores, podrán coger la bicicleta e irse cada una a casa de fulanita. La pequeña, con la forma tan inquisitoria que tiene de preguntar dijo: "¿Quién es fulanita?". Y se organizó una buena juerga. Como no tienen ninguna amiga que se llame así, la frase les pareció divertidísima. Les expliqué lo que significa, que fulanita es la representante. Luego caí en la cuenta de que hay otro tipo de "fulanitas", pero no quise entrar en ese tema. Demasiado complicado para niñas de 9 y 6 años.

Al menos estas situaciones lingüísticas hacen que nos riamos en momentos de alta tensión, y a mí me salvan de más de un aprieto. Tus hijos son esos seres a los que cuanto más les das, más te exigen. Si no haces lo que quieren, eres una madre malvada, de lo peor que hay. El otro día se bajó mi hija del coche sin despedirse de mí, porque le mandé callar. Eran las ocho menos cuarto de la mañana y ya llevaba media hora machancándome sobre su cumpleaños, que es a finales de julio (!), que si podemos hacer esto o lo otro, y venga y venga.

Mis hijas me dicen siempre que yo no soy la jefa... y yo les digo que sí, y que la jefa siempre tiene razón y eso es porque sí. La mayor anda ya en la fase (¿preadolescente?) de que si yo la regaño, ella vuelve a decirme que me calle yo, y así podemos seguir hasta diez veces mínimo: "Tú te callas", "no, te callas tú". Tu hijo se que cree que puede hacer lo que le da la gana, pero para eso estás tú, para decirle que la marimandona eres tú. Otra palabra que les expliqué ayer. Otra discusión lingüística, y hemos llegado a la conclusión de que esa palabra no existe en alemán: se dice Oberboss, el jefe supremo, y como los jefes supremos son hombres en Alemania, en Japón y en China, en español somos siempre las mujeres las marimandonas. Una palabra muy alemana es llamar a una mujer Zicke, que literalmente significa 'cabra', pero es como llamarle "arpía" o "víbora". Y decirle Tussi, es como decirle "tú, cosa insignificante de persona", mujer, claro. Y como las madres somos las que más batallamos con los hijos, recaudamos más joyitas verbales. El padre es ése ser divertido que aparece por la tarde, y que le lee el cuento al niño, le acaricia, y tiene tiempo de charlar sobre todo lo que ha pasado en el día. "Tú no nos lees", "tú no nos escuchas". Y yo: "No, bonitas, no a estas horas, cuando habéis salido del cole a la una, y llevo una jornada completa de trabajo con vosotras". Además, a partir de las ocho de la tarde, mi mala leche es proporcional a cada minuto que va pasando y no están en la cama. Y siempre llega el momento mejor del día. Cuando duermen. Y anoche, antes de dormir, mi hija pequeña me preguntó: "¿Cómo se llamaba esa chica?", y yo riéndome: "Fulanita", y ella: "ah, eso". Y se durmió tranquila.

1 comentario:

  1. No me da tiempo a leer una entrada y ya tienes otra, ufff, qué prolífica!!! Y eso que ahora curras y todo además de tener una agotadora jornada de domadora de preadolescentes inquisidoras... jajajaja
    Ánimo, que sepan quién manda, saca el genio español de MARIMANDONA, y ooooleeeeé.
    Y dicho ésto, dales un fuerte besazo tuyo y de parte del pesao (falta ortográfica consciente) del español compi del insti.
    Por cierto, el alemán estará muy bien, pero donde esté un machote español......... jajaja. Lo que pasa es que Del Bosque está muy cascado el hombre.

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