lunes, 29 de marzo de 2010

Schwanenwik y esos sitios que nos dicen tanto

Hoy he vuelto al lugar donde tomé la foto de la cabecera de este blog. Se trata de Schwanenwik, una de las calles a orillas del Alster, el lago de Hamburgo, donde en mi opinión hay las vistas más impresionantes. Y eso no lo pienso yo sola, pues cuando hace buen tiempo, acude la gente en masa, pero qué más da. Esta mañana me apeteció volver a darme una vuelta al Alster corriendo. Resultado: 7,4 km en 51 minutos. No está mal, para lo matada que estoy, y teniendo en cuenta que la otra vez que lo hice, en junio pasado, lo corrí en 55 minutos. Pero hoy había muchísimos más corredores. Se respira la maratón de Hamburgo en el aire, que será el 25 de abril, esta vez con 25 aniversario incluido. Yo no participo, eso está claro...

Que haya empezado hoy mi vuelta en Schwanenwik no es casualidad. Quizá es uno de los puntos más bonitos de Hamburgo, pero como no se trata de catalogar, lo que quiero decir es que todos tenemos algún lugar que tiene algún significado especial y al que de vez en cuando necesitamos retornar. Y hoy era el día de Schwanenwik. Estaba bonito, incluso con los árboles que siguen pelados (aquí hasta mayo no hay hojas), no había veleros (ayer por lo visto estuvo llenito de ellos), e inspiraba paz y tranquilidad. No obstante hoy he pasado rapidito, sin querer (o poder) pararme siquiera, como si estuviera entrenando la maratón, simplemente para decirme que he estado y que todo sigue existiendo. Pensaba haberme sentado en un banco y contemplar la imagen, pero eso no era lo que me pedía el cuerpo hoy, según me he dado cuenta cuando estaba allí. Y de eso se trata con ciertos lugares. No se trata de que sean bellos o no, sino de que te saben a buena compañía, a recuerdos. En Madrid hay varios puntos que metería en la misma categoría. Y en Bélgica otros tantos, como La Hulpe, en zona valona, donde hay un parque con castillo y secuoyas incluidas en el que no sé por qué me sentía maravillosamente bien, yo, que soy pateadora de ciudades.

Por eso, siendo Semana Santa y sabiendo que media España está de vacaciones y que aquí lo está parte de Alemania (a los hamburgueses no nos toca, hay cole y trabajamos lo que nos corresponde), voy a iniciar una serie de artículos en los que describiré sitios que me gustan especialmente bajo la etiqueta "Lugares especiales". Suelo ser una turísta atípica. Me fascina lo nuevo, claro, pero admito que los lugares que más me gustan son aquéllos a los que he ido mil veces, y donde un árbol o un adoquín particular de la calle me hace sentir bien. Como soy algo anárquica en estas cosas, no será una serie de posts ni exhaustiva ni con una cierta regularidad, sino que será, como (casi) todo lo que hago, según me sienta o me venga en gana. A los que no están, que disfruten de sus vacaciones. Yo viajaré en mi mente, algo que se me da muy bien.

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