lunes, 1 de marzo de 2010

La agenda

Han pospuesto la "excursión de primavera" con la clase de primero. Ni me había enterado que era esta semana, ni que fuera primavera, pero ahora leo que el paseíto primaveral será a finales de marzo, ya que, como se disculpa la profesora, "el tiempo no es nada primaveral". Y eso que ayer ponía en el periódico que la primera cigüeña ya ha vuelto a Hamburgo y que por algún lado anda. Lo tendría apuntado en su agenda la cigüeña, porque si no... menudas ganas. Aquí funciona todo tan bien programadito porque la gente planifica con mucha antelación, pero no se pueden planificar ni el clima ni otras sorpresas.

Me resulta a veces imposible coordinar tanta cita a largo plazo, y eso que tengo un calendario en la cocina con una columna para cada miembro de la familia que me sirve de memoria. Pero no es la primera vez que no apunto algo, o peor aún, que no miro. Entre citas tan en el aire como "vuelva con la niña en mayo", dicho por algún médico, y las que se cuelan en el calendario meses antes, tengo siempre la sensación de tener una visión a largo plazo, pero a corto plazo se me olvida todo. Ya está puesta la fecha de la fiesta de verano de la clase de la mayor, a finales de junio, reuniones de padres en el cole, una invitación a un cumpleaños para mi hija ya desde hace dos meses y ahora el paseíto primaveral a finales de mes.

Lo bueno es cuando quedas a tomar un café con alguien tres o cuatro semanas antes, o te invitan a una cena dos meses antes. Admito que le he acabado de ver las ventajas con gente que tiene la agenda llena, porque si no imposible quedar, pero sigo prefiriendo lo espontáneo. Aunque también me ha pasado que la cita organizada un mes antes no tiene lugar por una enfermedad imprevista, y entonces vuelves a sacar las agendas o calendarios, y acabas encontrando un día común ... uno o dos meses después. Yo no tengo agenda, nunca la he tenido, y hasta ahora me ha funcionado la mente. Pero me empieza a fallar. Lo alucinante es que hasta los niños tienen el calendario lleno, y cuando quieren quedar con alguien, entre los días que no puede la amiga y los que no puede tu hijo, al final quedan dos o tres semanas después, como otra quedada que acabo de organizar ahora mismo por e-mail para mi hija pequeña nada menos que para el 26 de marzo. ¡Y eso que es para jugar después del colegio, que si fuera para otra cosa! Pero bueno, eso me permite empezar a visualizar el mes de abril, ahora que acaba de empezar marzo. Y mayo está a la vuelta de la esquina. Y entonces sí que será primavera, hasta en Hamburgo.

1 comentario:

  1. Hola Elena, qué tal?. Es increíble la facilidad que tienes para escribir. Sales a casi una entrada diaria y yo en una semana y pico he publicado dos y casi con esfuerzo.. Prometo intentarlo más. Me ha sido curioso ver ésta porque a mi me ha pasado algo parecido en los últimos meses, y es que me empecé a acostumbrar a usar la agenda del móvil y ya no puedo vivir sin ella. Me sorprendo cada vez que la miro y veo toda la semana llena de citas y tareas... Ya se sabe, cuando uno cambia de vida, inconscientemente se dedica a hacer más y más cosas que sólo se ven coartadas por la precariedad económica provocada por el divorcio (no sólo la uso para trabajar).
    La ventaja del móvil es que no necesitas mirar para ver los apuntes de cada día, puedes programar que te avise, porque YO si que soy despistado y olvido mirarla con facilidad. Por eso no me es útil una agenda en papel tradicional. Bueno guapa, espero que llegue pronto la primavera a Hamburgo y dejes de pelear con la nieve y el hielo ;-) besos

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