lunes, 27 de septiembre de 2010

Desencantados

En una semana que se presenta caliente en España, me imagino que la mayoría ya tendrá decidido si seguirá la huelga general del miércoles o no. Sinceramente, por vivir fuera de España no creo que sea la más adecuada para opinar sobre si hay que hacer huelga o no, siendo una decisión además muy legítima de cada trabajador, pero sí que planteo mis dudas y reflexiones. En primer lugar me parece una huelga muy rara. Sus motivos son legítimos, pero mucho viene de atrás, y ahora mismo no creo que sirva de nada. En segundo lugar, cuando se convocó, me pareció demasiado el plazo de espera; era como decir "primero nos vamos de vacaciones y a la vuelta, en septiembre, cuando estemos todos incorporados, nos plantamos; ahora no toca". Pienso que la convocatoria tenía que haber sido inmediata, dentro de lo posible. Y en tercer lugar, si bien los motivos la justifican, pienso que los sindicatos han tenido siempre la manga muy ancha a la hora de dejar pasar reformas laborales en forma de contratos basura, y otros ajustes. Desde luego que el gobierno ha dado demasiado tiempo largas a la crisis, que estaba ahí y era más que evidente por mucho que la negaran, y ahora hay que tomar medidas, guste o no. Pero siempre son las menos adecuadas. Yo ahora mismo no sabría que hacer, pero pienso que no haría huelga, porque me parece que detrás hay muchos otros intereses.

Pero no quiero entrar en este tema, pues como digo, como exiliada soy la que menos debe opinar, pero mis reflexiones van encaminadas a otros aspectos: a lo mucho que me asusta el desencantamiento que produce la política en los ciudadanos, y no ya por el simple hecho de decir "Qué asco todo, qué mal lo hacen", sino por la pasividad a la que conduce. La gente se aletarga y piensa que todo ha de ser así, cuando no, y así pienso se ha llegado en España a la situación actual. Ya nos contaron en la clase de filosofía que Aristóteles dijo que "El hombre es un animal político", y considero que no deberíamos olvidarlo nunca. Somos parte del aparato político y social de cada país, y debemos ser conscientes en todo momento de que nosotros también participamos del resultado final: si nos enriquecemos al explotar a otros, o si somos demasiado pasivos a la hora de buscar trabajo, o si tomamos una decisión pensando que era la correcta (estudios, o lo que sea); por supuesto que la suerte juega un papel importante, o la mala suerte, si te echan, o si te quedas parado con cincuenta y tantos años, y muchas otras posibles desgracias.

Y no da igual. Nada da igual: ningún parado, ni ninguna trama de corrupción. Es triste comprobar que la política produce desencantados, cada vez más. Aquí en Hamburgo ya no sabemos si llorar o qué hacer: el nuevo alcalde propuso el otro día su plan de recortes: la mejor de las propuestas, una tasa de cultura para los turistas (ni que Hamburgo fuese París, eso es otra); pero cada persona que duerma en un hotel de esta ciudad deberá pagar ese impuesto, un 5 % del precio de la habitación añadido a éste. Teniendo en cuenta que los que vienen de fuera dejan dinero en la ciudad, no entiendo tal medida; es como espantarlos. Lo justifican diciendo que aplicarán el 25% para campañas publicitarias de la ciudad, y un 75% para la cultura. Por otra parte, en la misma conferencia de prensa anuncian el cierre de un museo en Hamburgo, sin el que se puede vivir, evidentemente, pero que tiene una larga tradición en la ciudad, el de Altona, y ponen a uno de los principales teatros al borde del cierre. Además se sigue construyendo una sala de conciertos para la Filarmónica de Hamburgo que ha resultado ser la ruina para la ciudad, pero como es un objeto de prestigio (que no necesita nadie, pero arquitectónicamente, blabla), siguen dando el dinero que sea necesario, incluso tras haberse multiplicado sus costes. A la mínima además, los políticos dejan el cargo en este país, algo que ha ocurrido en los últimos meses en varios casos, alegando "agotamiento" o "desgaste político", llevándose sus pensiones vitalicias por esos pocos años en el cargo y dejándonos a los ciudadanos con la sensación de que no han ni realizado el trabajo para el que en muchos casos fueron votados. Y luego tenemos el caso de una chica que acaba de terminar la educación secundaria con sobresaliente, y tiene plaza para estudiar química en Halle, y que debería ser el caso perfecto de integración de los que tan necesitado está este país.  Llegó con 14 años de Gana, sin saber una palabra de alemán, y ahora tiene 20 y la van a echar, pues con su mayoría de edad se convirtió en ilegal.

Probablemente si Aristóteles pensara hoy diría "El hombre es un animal desencantado por el animal político". Pero no nos lo hagamos tan fácil. Pensemos, movámonos, tanto para el sí como para el no, y no dejemos que otros piensen por nosotros. No tomemos las cosas así como nos caen porque creamos que no se pueden cambiar... Siempre nos queda alguna forma de protestar, yendo o no yendo a la huelga, o si no al menos ante las urnas. Y de esta manera yo misma me llevo la contraria y digo que sí que la huelga servirá de algo, si no se utiliza mal por ninguna de las dos posturas, o por ambas a la vez.

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