domingo, 5 de septiembre de 2010

Qué festivaleros

Sin duda los hamburgueses son unos festivaleros, no digo que los más de Alemania, pues tanta comparación no tengo, pero sí que es cierto que no paran de organizar jolgorios y actividades los fines de semana, dejando el centro en algún sitio u otro colapsado para el tráfico, con calles cortadas por aquí o por allá. No tendrán Oktoberfest, la fiesta de la cerveza bávara que empieza en septiembre, pero cerveza se puede beber por todas partes y comer, no digamos.

Este fin de semana es el Alstervergnügen. Alrededor del Alster pequeño (el Alster, el lago de Hamburgo tiene dos partes, un lago pequeño y otro grande, separados por un puente) colocan el primer fin de semana de septiembre o último de agosto una verbena para despedir al verano, y en un puesto te puedes tomar una cervecita, en otro una salchichita, en otro una caipirinha servido por las brasileñas correspondientes que se menean mientras te la preparan, en otro algodón de azúcar, palomitas, almendras garrapiñadas, en otro patatas fritas con mayonesa, en otro los bollos típicos fritos de aquí ... y luego otra cervecita, otra salchichita, etc. Mi impresión es ésa: que se trata de comer y beber. Lo que yo no sabía es que empezó con intención cultural hace 35 años, y ya vemos a lo que se reduce la cultura con el paso de los años, pues lo más cultural que tiene la fiesta es una noria pequeña y algún carrusel para los críos.

Pero si no te basta, este fin de semana puedes ir también a la fiesta de la Schanze, el barrio más transgresor de Hamburgo y tras comerte todo lo enumerado arriba quemar un par de coches, tirar piedras contra escaparates y contra la policia y demostrar que estás en contra de todo, como ocurrió anoche. O te puedes coger tu coche antiguo, si lo tienes, e irte al Stadtpark, donde van los fanáticos de los coches a mostrar el suyo y admirar el parachoques brillante de otro modelito de otro fanático.

Y todo esto tras todas las fiestas de los últimos meses. Si no me equivoco la maratón da el pistoletazo de salida, el último domingo de abril, y luego se suceden los fuegos artificiales por la flor del cerezo, la misa de los moteros (el cura de la iglesia principal de Hamburgo, el Michel, motero él mismo, bendice a sus fieles), el festival de las Harleys en St. Pauli, la triatlón, el orgullo gay, la carrera ciclista Cyclassics, festivales de Rock en el puerto, festival de literatura este fin de semana también al sur del Elba (la frontera entre el norte y el sur para los hamburgueses). Y esto sin las numerosas regatas, el festival de los barcos-dragón, y qué sé yo qué mas. Y a todos los sitios que vayas, podrás comerte todo lo enumerado arriba (creo que se nota que tengo hambre y que no he comido todavía), y esperar a la siguiente fiesta de cualquier barrio, que las hay, claro, un fin de semana u otro.

Por supuesto que he ido al Alstervergnügen, pero hace muchos años, pues no me dice nada, y también a muchas de las otras fiestas, pero siempre son lo mismo, y he llegado al punto en el que no voy a ninguna. No, miento, el domingo que viene me apunto a una: la carrera del Alster, de 10 km, en la que participaré. Y hoy, he entrenado prontito alrededor del Alster con otros miles de los corredores que correrán también, supongo, pues estaba el Alster tan lleno de corredores, que el lago, con tan sólo los piragüistas, respiraba paz. Mientras corría echaba de menos los barcos de vela, pero en uno de los embarcaderos vi que a eso de las diez había llegado la marabunta de los que llenarían el Alster (el agua) un par de minutos después. Conociendo Alemania, habrá horarios, me imagino, algo así como las piraguas de 7 a 10, los veleros de 10 a 20 horas, y los corredores, como somos anárquicos, cuando nos dé la gana. Así que me he vuelto a casa en coche oyendo en la información del tráfico que esta calle u la otra está cortada por fiestas y más fiestas, y contenta de haberme corrido los 7,5 km en cinco minutos menos que la última vez que lo hice, en mayo, y eso que he entrenado poco y mal este verano, por el calorazo de España y por problemas de salud. Así que siempre hay algo que celebrar.

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