lunes, 13 de septiembre de 2010

Siempre nos queda Benidorm

"He tenido algunas oportunidades de ir a Benidorm, pero las he rechazado por miedo a que me decepcionara". Esta genial cita, que acabo de recuperar, es de Juan José Millás, y me hizo reír tanto cuando la leí, que me la anoté. Ahora me acuerdo de ella, pues mis padres andan por Benidorm, en uno de sus viajes del Imserso.

A ellos les encanta Benidorm, como a cantidad de gente. Dicen que como la playa de allí, ninguna, que como su ambiente, ningún otro sitio, y que lo hay en cualquier época del año. Los viajes del Imserso además han conseguido eso: que haya gente en muchos sitios de la costa todo el año. En Alemania no hay Imserso. Mi madre, que es muy sabia, dice: "es que los jubilados alemanes tienen más dinero que nosotros". Sí, pero no todos. Aquí hay muchos que no pueden viajar a ninguna parte, pero existen otras posibilidades, como irte a balnearios a hacer una Kur ('tratamiento'), alegando cualquier problema de salud, y en Alemania, país de muchos hipocondriacos, llenan los balnearios y dan trabajo a especialistas de todas las áreas, pues mi madre dice tambien: "Así los hoteles tienen trabajo también todo el año", "y los jubilados gastan en lugares donde si no no iría nadie en invierno". Cierto, pero lo malo de esto, como todo, es que hay abusos y que vaya gente que lo podría pagar.

Pero hoy pienso en Benidorm, y con envidia, pues tendrán calorcito, aunque es un sitio que me resulta esperpéntico, como Torrevieja. Es como Carabanchel con playa, pero que conste que ya quisiéramos los de Carabanchel tenerla. Y encima Benidorm tiene ese toque "Manhattan" que lo hace tan especial. Me imagino en el piso 50 de un hotel y me pongo mala. Ahora leo que es la localidad con más rascacielos por habitante del mundo. Ya me parecía a mí. Al menos ahí, puestos a cargarse la costa, lo han hecho con conciencia de buen clima, pues en otras partes se ha hecho lo mismo y encima para no poder ni disfrutarlo. Un sitio que me decepcionó muchísimo en la costa del Mar del Norte alemana es St. Peter Ording, cuyas playas están bien, pero el pueblo y el paseo marítimo son horrorosos, con edificios tan feos que no entiendo como lo permitieron, pues tampoco había tanta necesidad. Ah, sí, el aire del Mar del Norte, tan saludable, dicen todos. Yo más bien diría la ventisca que no te deja ni parar. Y la costa belga es otro ejemplo de horrores urbanísticos, y lo mismo otros sitios de playa en Holanda. El paseo marítimo de Schveningen tiene el "encanto" de Móstoles con playa, pero se salva por el casino y la misma arena, que si no... Es el querer y no poder.

Al menos en Benidorm pueden, y hoy siento envidia cochina, porque estoy bastante enferma, y pienso en el calorcito, en el mar, en la playa, y me encantaría estar allí, y eso que no me gusta nada. Pero es que hay momentos para todo en la vida.

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