domingo, 1 de noviembre de 2009

Lo que se celebra y lo que no...

Es el Día de Todos los Santos sin serlo, pues en el norte de Alemania no existe esta fiesta, aunque en el sur, en los Estados Federales católicos, si es fiesta. Si en algo difieren muchísimo España y Alemania es en el tema de la muerte. Así que aquí hoy habrán ido al cementerio los que hubieran ido de todas formas, y no los que no hubieran ido en todo el año y sólo este día. Aquí, cuando más flores se venden es para el Día de la Madre, y no hoy. Eso ya es una diferencia: las flores se les regalan a los vivos por cualquier ocasión y no tanto a los muertos.

Y es que la muerte, si bien en cuanto a la pérdida es la misma experiencia para todo ser humano, no lo es en cuanto a la forma de tramitarla. Aquí, salvo de los más allegados, muchas veces no te enteras del fallecimiento de alguien hasta que no te llega una carta a casa, y eso si te llega. Es un sobre blanco, con el borde negro, y lo abres pensando que a quién le habrá tocado esta vez. Y en esa tarjetita que te envían, además de anunciarte la muerte de fulanito te invitan al entierro para tal día, mínimo una semana después de la muerte, pues aquí hay que organizar bien todo y apuntarlo en la agenda. No existen los tanatorios, con lo cual nadie se pasa ese mismo día, algo que si soy sincera, me parece muy bien. Al muerto lo meten en la nevera, y a esperar. Eso me parece muy raro, la espera hasta el entierro, pero es todo cultural, y aquí hasta se creen que necesitan esos días entre la muerte y el entierro o icineración. Y en España se hace todo rapidito: muerte, tanatorio y entierro, y al día siguiente está todo hecho, lo cual me parece lo mejor para empezar con el verdadero duelo cuanto antes. El tema de los tanatorios no lo acabo de entender, y menos los compromisos de pasarte, pues parece que hasta pasan lista y si no vas puedes hasta molestar a los allegados. Aquí, salvo para la familia muy cercana, no hay obligación de nada. Si te pasas al entierro bien, y si no también. Todos lo entienden, pues todos estamos muy ocupados. Y en muchos casos la tarjetita es sólo mero anuncio, pues no has ni de ir.

Por eso, cuando yo les cuento a los alemanes que en España, a las 24 horas te entierran, y que sin haber mandado invitaciones, se presenta todo el mundo, incluso de otras provincias, no se lo creen. Les explico que nuestra industria "post-mortem" está más desarrollada, que no hay que organizar más que lo mínimo y que cualquiera entiende que dejes todo de inmediato para irte a un entierro. Aquí tienes que planificar, elijes todo "con tranquilidad" (y mal cuerpo): el lugar de la tumba, las lecturas o discursitos para la ceremonia según sea religiosa o civil, quién va a hablar. Porque es muy normal que alguien de la familia, o varios, suban al estrado para hablar del muerto. Momentos de lágrimas pero de sonrisas también, cuando recuerdan anécdotas divertidas. Y tras el entierro se van a comer todos juntos a un restaurante el llamado Leichenschmaus (Leichen = 'cadáver', Schmaus = 'comida, piscolabis'). Eso para los que se piensen que los alemanes no tienen humor.

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