domingo, 13 de diciembre de 2009

El arte en la muerte

Anoche vi en el cine "Nokan", en su título en inglés "Departures" ("Despedidas", en la versión española). Se trata de una película bonita donde las haya, muy poética, que trata un tema tan normal como a la vez lleno de tabús como la muerte. Si por algo me fascina el cine es porque aunque te estén presentando una historia situada en otros confines de la tierra, con otros ritos y otras costumbres, al final te das cuenta de que lo que nos mueve a los seres humanos es lo mismo en todas partes: el amor, la familia, el éxito, y en todas partes hay fracasos en todo esto, y, como en este caso, "despedidas" de los seres queridos. La película se basa en el rito llamado "nokan" en japonés, que es el lavado y preparación de los muertos en presencia de sus familiares antes de meterlos en el ataúd. Al principio parece desagradable, pero la película consigue que la ceremonia parezca un arte; mi sensación era de estar presenciando una despedida muy digna tanto para el muerto como para los familiares, que quedan siempre agradecidos a los "trabajadores de la muerte", que acompañan a los afectados con una dignidad, respeto y sensibilidad que impresiona. Profesiones ignoradas, como la del que aprieta el botón para la incineración, que describe su trabajo tan metafóricamente como que es el que abre la puerta para el viaje y que la persona se desplazará hasta la siguiente puerta.

La historia personal del protagonista, además de este trabajo que parece absurdo pero que no lo es, tiene otros matices al tratar otros temas, como que hay trabajos no aceptados en la sociedad o de los que nadie quiere hablar, y que personas que creían tener ciertos talentos, fracasan y se ven obligados a hacer otra cosa que nunca pensaron hacer y que es posible encontrar otros caminos. Pero sobre todo habla de ese último viaje. Recomiendo al que vaya a ver la película que no se olvide de llevarse pañuelos de papel. Yo no tenía ni uno, y me hubieran hecho falta, y mi amiga me dijo que el suyo no me lo podía dar...

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