lunes, 7 de diciembre de 2009

El misterio del tanque de gasolina

Cada vez que tengo que ponerle gasolina al coche, se me plantea el siguiente misterio: ¿Cómo puede ser que un tanque de gasolina para 500 kms se me vacíe tan rápido moviéndome sólo en ciudad y haciendo tan sólo recorridos bastante cortos? Si al menos me fuera a Hannover, a Düsseldorf, a Colonia o a Dinamarca, que está cerquita..., pero no voy a ningún sitio, y no me muevo de Hamburgo, y si me pongo, incluso salgo poco de 4 ó 5 kms a la redonda. Son trayectos cortos, pero varios a lo largo del día, y a veces, sin quererlo, hago 50 kms, y ha habido días de 80 kms, sólo en ciudad. Así que cuando piso la autopista alemana, que ocurre poco, es una sensación como de estar suelta, y de que al menos parece que voy a alguna parte, aunque sea a la otra parte del Hamburgo (iba a decir del mundo). Es que Hamburgo cunde para conducir, pues puedes tardar una hora o más de una punta a la otra.

Por eso me pareció curioso cuando viví en Bruselas, que en una hora de coche te sales de las fronteras de Bélgica: al norte a Holanda, al este a Alemania, al sur a Luxemburgo y al este a Francia. Al menos ahí tenía la sensación de que con la gasolina llegaba a alguna parte. Los alemanes de Bruselas se iban a por pan a Aquisgrán, pues no encontraban su adorado pan negro por ninguna parte, y había gente que iba a menudo a hacer la compra a otro país, horrorizados por los precios belgas. Yo nunca lo hice por ir al supermercado, pero sí que era divertida la experiencia de estar en otro país con una hora de coche. Yo ahora, para una clase de francés, me voy a hacer 16 kms por trayecto. Eso sí que es amor al arte (o a los idiomas). Al menos desde que corro, tengo una mayor percepción de los kilómetros, y a veces cuando llego ¡corriendo! a sitios que en coche me parecen lejanos, pienso: "¡Y sin gasolina!"

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