sábado, 5 de diciembre de 2009

Sinterklaas, Nikolaus, ... vivan los regalos

Lo importante es recibir regalos, da igual de quién. Hoy celebran los holandeses su Sinterklaas, la tarde de los paquetitos, como la llaman (pakjesavond). Alrededor de un saco de regalos se junta la familia y van sacándolos uno a uno y la idea es que el que reciba el regalo no sepa de quién es; los regalos van acompañados de un poema sobre la persona, y tras leerlo y abrir el regalo, el obsequiado dice "Dankje Sinterklaas", 'gracias Sinterklaas'. Como aunque viva en Alemania, me toca mucho de la cultura holandesa, hace años viví varias de estas tardes de regalitos organizadas por mi familia holandesa en el exilio. Lo gracioso es que Sinterklaas, el San Nicolás holandés, en teoría viene de España, dicen ellos, y llega siempre en su barco de vapor a Amsterdam, acompañado por su ayudante negrito, Zwarte Piet (Pedro el negro; siempre dije que tendría que ver con la visión de que África empieza en los Pirineos). A los holandeses les cuesta creerse que en España no hemos oído hablar nunca de su Sinterklaas. Pero comentaba antes yo con unos amigos que en España, igual que echamos a los árabes y a los judíos hace un par de siglos, seguro que al Sinterklaas le tocó salir por patas, o mejor dicho por barco de vapor para no volver...

Y mañana viene el Nikolaus en Alemania. Otro San Nicolás, que no tiene nada que ver con Papá Noel. San Nicolás era un obispo de Myra, y los puristas odian la confusión. Los niños limpian sus botas la noche anterior y las preparan para que el Nikolaus les deje durante la noche nueces, mandarinas, chocolates, y hoy día algún regalito más... Mis hijas ya tienen preparadas las botas, por si les toca algo. Yo les digo que como soy española, y ellas mitad, que seguro que no viene. No les hace mucha gracia la broma. Antes, por si acaso han cantado la cancioncilla típica: "Lustig, lustig tralaralala, bald ist Nikolaus Abend da..." ('qué divertido, divertido, tralarala, pronto es la tarde del Nikolaus'), ... y eso hoy mismito. Ay, qué nervios.

La mejor época para mis hijas fue cuando vivíamos en Bélgica: el 5 de diciembre recibían el regalo de la empresa, que por estar en Flandes regalaba a los hijos de los empleados como manda la tradición que mantienen de su época holandesa; el 6 de diciembre venía el Nikolaus alemán; el día 24 por la tradición alemana recibían su regalo principal, y el día 6 de enero siempre les cae siempre de la familia de España. Es el chollazo de ser un niño europeo. Que no se enteren de que hay más variantes...

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