jueves, 3 de diciembre de 2009

Y el séptimo día ... no se fue de compras

Esta semana, el tribunal constitucional alemán ha dictado sentencia: la apertura de los comercios en Berlín los cuatro domingos de Adviento es anticonstitucional; por este año vale, pues ya no se puede dar marcha atrás, pero para el año que viene no será posible y se deberá respetar el Sonntagsruhe ('la tranquilidad del domingo'), como se dice aquí. La demanda la habían puesto las iglesias católica y protestante. Los jueces basan la sentencia en un artículo de la constitución de 1949 que fue tomado a su vez de la constitución de Weimar de 1919, por el que se protegen mediante la ley el domingo y los días de fiesta como jornadas de descanso laboral y de "seelische Erhebung", la 'exaltación del alma'.

En Alemania está permitido abrir muy pocos domingos al año, y por causas especiales, como el Mundial de fútbol, o la celebración de los 20 años de la caída del muro, pero si no el cierre es riguroso. De todas formas, he visto ampliarse el horario de apertura de una manera sorprendente. Cuando llegué a Alemania, las tiendas cerraban a las seis de la tarde, y los sábados a las dos de la tarde. Me daba pena ver que las ciudades se quedaran muertas a partir de esa hora los sábados y a las seis de la tarde entre semana. Luego vino el langer Donnerstag ('el jueves largo'), y empezaron a abrir ese día hasta las ocho de la tarde, haciéndose un par de años después el cierre a las ocho extensivo para todos los días de la semana. Algunos comercios cierran a las siete, y otros incluso a las nueve de la noche ciertos viernes o sábados antes de Navidad. Pero lo más revolucionario es lo de los supermercados: el de cerquita de mi casa está abierto desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche, algo impensable hace años.

Yo desde luego que me apaño perfectamente sin ir de compras el domingo, pero entiendo que ciudades como Berlín, con mucho turismo incluso nacional, abrieran muchos domingos al año. Entiendo que los empleados prefieran que cierren, pues lo malo es que no se contrata personal para esos días, y siguen siendo los mismos los que cubren esas horas. Pero argumentar basándose en la paz del alma y espíritu, cuando todos vivimos estresaditos con miles de actividades, y cuando mismo los domingos hay muchos que no se libran de trabajar, y cuando en todas partes se organizan actos (en los que trabaja gente) para sacar a las gentes de sus casas y no aburrirse, es decir, estresarse más, no veo por qué no se va a poder uno ir de compras, si no se tiene tiempo durante las semana, o que para los turistas sea más agradable encontrarse ciudades vivas y no muertas. Pero evidentemente se puede prescindir de la apertura dominical. Lo que no me parece ninguna obviedad es que la iglesia alemana se implique en tal noble labor como proteger nuestra alma, mientras que la iglesia española se dedique a envenenar la de los fieles. Propongo que en vez de convocar manifestaciones, la iglesia española demande al Corte Inglés por abrir tantos domingos al año. Tengo una prima que lo celebraría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario