miércoles, 13 de enero de 2010

Aturdida

Este mes estoy algo aturdida por lo siguiente: al estar mi hija mayor en cuarto, el curso que viene pasará al instituto, llamado aquí Gymnasium. He tardado años en acostumbrarme a que nuestros gimnasios no tienen nada que ver con los de aquí, llamados en ese "alemán" que tanto nos gusta hoy día Fitnessstudio o Fitnesscenter. Los Gymnasien son la forma de enseñanza secundaria requerida para ir a la universidad. Aquí, al terminar cuarto de primaria, se realiza una criba entre los alumnos y se les da lo que se llama la "recomendación", die Empfehlung, de ir a un tipo de enseñanza u otro. Las otras posibilidades son la Hauptschule y Realschule, cuya enseñanza y titulación prepara a los alumnos para otro tipo de profesiones sin título universitario o para el sistema de Ausbildungen ('aprendizajes') tan bien montado que existe aquí desde siempre.

El mes de enero, con las notas de la primera evaluación es el momento en el que dicen "tú sí y tú no" a los niños de cuarto, aunque en realidad los padres pueden meter a su hijo en el instituto en contra de lo que digan los profesores, pues la decisión final la tienen ellos, aunque con ello les hagan un flaco favor a sus hijos. Ha sido un tema poco discutido durante muchos años hasta que llegó la reforma aprobada por el gobierno en coalición de Los Verdes con la CDU, y que posiblemente será dirimida si convocan el referendum para el que han conseguido firmas suficientes. Esta reforma, que consistiría en dejar a los niños dos años más en la escuela primaria, hasta los 12, no sería en mi opinión nada negativa, en contra a lo que diga la mayoría. Hay niños a los que les falta un "hervor", y pienso que teniendo diez años negarles ya muchas posibilidades cuando a lo mejor esos dos años pueden resultar muy fructíferos en el desarrollo del niño es bastante injusto, y más en una sociedad en la que el nivel educativo de los niños se basa en el de los padres. Pero debo ser una de las únicas que piensa así y que no firmó, pues además en muchos casos se recogieron firmas bajo la premisa "si usted está a favor de una buen sistema educativo firme aquí".

Y ahora viene el motivo de mi aturdimiento: hay que elegir instituto. Lo que parece una cosa sencilla no lo es, y más si a todos los otros padres y madres a tu alrededor parece irles la vida en esta decisión. Y este mes todos los institutos ofrecen jornadas de puertas abiertas en los que presentan su oferta, sus actividades extras, sus instalaciones, y vas con tu hijo como posible cliente. Son todos institutos estatales, y aunque los planes de estudio son iguales para todos, uno tiene una mayor oferta musical, otro está especializado en ciencias naturales u otro en idiomas. Ayer acudí a la jornada de puertas abiertas de uno, y podías hojear hasta en algunas carpetas de los alumnos, algo que yo no hice por parecerme una intromisión en su intimidad, aparte de que la "intimidad" eran ejercicios de matemáticas que yo ya ni sé hacer ... Así que fui de las pocas que se dio una vuelta rapidita con la niña, y más que nada por saber dónde está el instituto, ya que ahora, a la hora de elegir, todos están mucho más lejanos y peor comunicados de lo que parecía a primera vista. Con lo cual queda la opción más sencilla: mandar a tu hijo al más cercano, con lo cual te ahorras el pensar en otras cosas. "Ya, pero ese es muy rígido", dicen muchos, "no son nada pedagógicos cuando surgen problemas con los críos", dicen otros, "sólo vale para los niños que son muy straight" (otra palabra muy "alemana" usada aquí mucho en este contexto), y entonces, esa misma persona que te dice eso, te recomienda que lo lleves a tal instituto, porque allí son muy cariñosos con los niños. Otro criterio tan poco ponderable para mí como que me digan que en otro las aulas están pintadas de un color concreto.

A mi hija ahora mismo nada le parece excesivamente lejano, yendo además montadita en el coche conmigo, y no habiendo tenido que luchar todavía con nieves y hielos ella sola como los que tenemos desde hace 5 semanas, y con un sistema de transporte público que deja mucho que desear. "La mejor escuela para mi hijo" es una publicación que vi en el otro día en la librería aprovechando la coyuntura de estas fechas. Creo que voy a dejar a mi hija elegir. La creo capaz de tomar una decisión sabia, y decidirse por el más cercano por motivos tan comprensibles como que fulanita va a ir allí también, o mismo por el más lejano por las posibilidades musicales que ofrece.

Pero entretanto habrá un maratón de jornadas de puertas abiertas para toda la familia y tardes de información para los padres, lo que a cuatro institutos posibles, hace 8 citas "importantes" este mes. Porque no quieres hacer como si no te quitara el sueño la decisión, porque se trata del futuro de TU hijo. Como si yo pensara que el futuro de uno depende absolutamente de haber ido a un colegio u otro y no de muchos otros factores.

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