viernes, 8 de enero de 2010

Ya veremos

Anoche me apunté a Facebook, tras más de año y medio pensándolo. Como se dice en alemán, tengo langen Atem, ('respiración larga') es decir, aguante y paciencia, sobre todo cuando es para pensar. Pero llevo meses decidiendo que me acabaría por apuntar un día u otro, tras haber recibido montones de invitaciones, haber ignorado todas y haberme tenido que justificar unas cuantas veces por ser tan tozuda. Y esta semana pensé que de ésta ya no pasaba. Y anoche pensé que de ayer tampoco, y por tanto ahora no hace ni 24 horas que soy miembro de la comunidad "feisbuquiana". No sé, no sé. Mi corta estancia no me ha maravillado hasta ahora. Y dudo de si voy a aguantar mucho.

La verdad es que es el sitio perfecto para cotillear sin ser observado. Existen dos tipos de miembros (aunque seguro que más): los que cuentan de todo u opinan de todo, y otro de los que están pero no hacen nada o casi nada. He visto algunos perfiles en los que pone el nombre, y luego "mujer, casada" y nada más de información, ni foto ni nada. Pero con apellidos tan normales como los míos, eso te dificulta saber si el tal Fernández, Müller o Meyer es el que tú estás buscando. O sea que tampoco le veo la gracia a estar y no poner nada de nada sobre ti.

Así que me apunté y de momento busqué a tres amigas, dos de ellas las que más me han insistido hasta ahora. Como cuando me acosté todavía no me había respondido ninguna, me fui a dormir pensando en el bochorno que sería si nadie quisiera ser tu amigo. Eso sí que sería un papelón. Por suerte esta mañana esas tres aceptaban mi amistad, y tenía además tres peticiones sin yo esperármelo. Yo no sabía quién era una de ellas..., y por suerte, por la foto, me he acordado. Como me daba apuro he dicho que sí a la amistad. Pero luego casi me he arrepentido de haber sido tan rápida, pues aparece en la lista equiparada con amigas de verdad, y parece que tiene la misma categoría, pero no. Y esa persona puede cotillear en mis datos. Bueno, en realidad todos pueden cotillear en mis datos, aunque no es que me importe, pues sólo he puesto datos que no me importa revelar, y sé que yo puedo restringir el qué puede cotillear qué persona. O sea que los tiquismiquis como yo, pueden poner mil opciones diciendo tú sí, tú no, tú esto sí y tú esto no, algo que no voy a hacer, pues no es una energía que quiera usar en esto. Desde que tengo blog, además, le he perdido bastante miedo al ciberespacio, algo que me ha venido muy bien, con lo cual tampoco tengo (tantos) problemas con ello... Así que anoche pasé un rato divertido mirando fotos más que nada, sobre todo de gente a la que hace más de 20 años que no veo. Al mirar, por ejemplo, en las listas de los amigos de mis amigos, aparecen sorpresas, como sus hermanos, a los que recuerdo de niños o jovenzuelos del barrio, pero que no he vuelto a ver. Y en ese sentido es gracioso. O si buscas a alguien al que perdiste la pista hace mucho, y que quisieras contactar otra vez también. Antes he visto, por ejemplo, que la maravillosa profesora de francés que tuve en Bruselas y a la que le perdí la pista, está. Sería una buena idea contactarla.

Por eso, no estoy criticando algo que me parece una opción divertida de pasar el rato, pues yo tengo mi blog para ello. Pero no me veo en las redes sociales; creo que no va conmigo, porque me lo tomo demasiado en serio. La base de mis reticencias a apuntarme es la misma que la de mi reserva a continuar. Sin embargo, no quiero ser tan negativa y me voy a dar unos días. Sólo por seguir pensando, pero ahora en vivo y con conocimiento de causa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario