sábado, 3 de abril de 2010

Comienza la Pascua

Si bien en España las principales celebraciones de la Semana Santa ya han pasado y en su mayoría son religiosas, aquí empiezan hoy, y de religioso, salvo en las iglesias, tienen bien poco. No hay procesiones, y por eso el Viernes Santo es un día de descanso, sin ninguna actividad. Pero hoy empiezan los ritos típicos de estos días, en los que más que nada se celebra la llegada de la primavera y la despedida del invierno. Se empieza con los Osterfeuer, los fuegos de Pascua, una tradición pagana mediante la que se pretende "quemar" el invierno, ahuyentar a los malos espíritus y dar la bienvenida a la primavera. Como aquí se aprovecha todo, en muchos casos se queman los árboles de Navidad, guardados en algún lugar hasta el día de hoy para quemarlos junto con muchas otras astas y ramas de árboles. Se apila todo, y se quema, y la gente a su alrededor come salchichas, bebe cerveza hasta que rezuma ese olor a chamusquina que se huele por todas partes la tarde del sábado de Pascua. En 20 años de vida en Alemania, no he ido nunca a ningún fuego de estos, y hoy me da por pensar que podría romper la tradición, para al menos escribir con conocimiento de causa. Lo que obliga este blog...

Tras el fuego de hoy, empiezan las fiestas familiares mañana. En un país donde los desayunos tienen gran importancia, el del domingo y el lunes de Pascua, son el súmmum, y el protagonista es el huevo. Es normal desayunar huevos pasados por agua o duros los fines de semana sobre todo, pero en Pascua la gente se come más de uno, los niños los pintan, les ponen pegatinas de patos, conejitos, y todos los dibujitos típicos, y se celebra rizando el rizo. Manda huevos, pienso yo siempre con mi mentalidad española antidesayuno, pues considero todo esto una pérdida de tiempo. Pero lo que no haga una por sus hijos..., por lo que se colorearán huevos en esta casa también, y no porque yo lo diga, sino porque mis hijas se encargan de recordarme que aquí se hace así. Y luego se buscan huevos de chocolate en el jardín o los parques que la señora liebre de Pascua esconde. Mi hija pequeña, que ya sabe que la liebre soy yo, me recordó el otro día que no se me olvidase comprar los huevos, que no porque sepa ahora que todo es un show se va a quedar sin la tradición, y eso que luego en muchos casos ni se los comen. Pero se trata del acto en sí.

El cordero que no se come aquí en Navidad, se come ahora. Las familias se juntan a comer o cenar festivamente el domingo o el lunes, y la gente viaja para la ocasión para estar con sus padres o hermanos. Así que habrá que hacer algo, celebrar de alguna manera, o descansar, o sobre todo alegrarnos de que aunque haga frío todavía, ha venido la primavera, y de que por todas partes empiezan a salir florecillas: ahora, tras los crocus, les toca a los narcisos, la flor de la Semana Santa, y aquí vivimos la llegada del buen tiempo y la primavera como una vuelta a la vida. Vuelvo a pensar en tanta expresión española con la palabra "huevo", y sobre todo en la de que siempre nos hacen falta un par... Por eso cuelgo algunos aquí.

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