martes, 2 de junio de 2009

Madrileños en Hamburgo

Anoche me llamó mi hermana para decirme que el programa "Madrileños por el mundo" era sobre Hamburgo, y lo tuve que ver, claro. Tras el par de veces en las que lo había visto hace ya tiempo, cuando me enteré de su existencia, lo dejé de ver por no identificarme nada con el formato. Las preguntas son demasiado simples, los personajes bastante edulcorados, hay poca crítica hacia el nuevo país y menos aún hacia Madrid. Lo interesante de un programa así es hacer un análisis no de lo que supone la vida de un madrileño sin el jamón y sin su barrio, o de mostrar ésta es mi casa o mi palacio. Se trata de dar una visión lo más objetiva posible y de al final, como yo pienso, darte cuenta de que se puede vivir en todas partes, seas madrileño o no, y comas jamón o no. No obstante, ayer, porque Hamburgo es la ciudad donde habito, me pareció algo más acertado que en otras ocasiones, pero fue simplemente por la afinidad, pues el acercamiento se quedó en la mera estética, que sí que es algo que tiene la ciudad, no lo voy a negar, pero no lo único.

Sí, Hamburgo es tan verde y tan bonito como aparecía en las imágenes, tan tranquilo, y con esa seguridad de la que hablaban. Los jardines de las casas son accesibles fácilmente para cualquiera, ladrones incluidos, y las ventanas no están enrejadas. El tráfico funciona, no hay el ruido atronador de Madrid y la gente es respetuosa. La gente se pone lo que le da la gana, como dijeron (una gran ventaja, pienso). Los precios no son desorbitados, como en otras ciudades europeas. Es una ciudad con todas las ventajas de la gran ciudad, pero sin las desventajas. Y tiene mucha calidad de vida, a pesar del tamaño.

Pero tanta paz y tranquilidad tienen su precio. El control social es enorme (no sólo aquí, sino en toda Alemania). Alguno de los entrevistados fue un poco en esa dirección al hablar de la cantidad de cosas prohibidas o mal vistas. Otro hablaba de la ayuda de los padres en los colegios, con un voluntariado que "funciona", pero faltó la crítica. Uno tiene la sensación de que sólo funcionan las cosas a base de involucrarse altruistamente, cuando lo que hacen es apelar siempre a tu mala conciencia. La mayoría de los entrevistados eran ingenieros recién licenciados que han encontrado rápidamente trabajo aquí, solteros, sin cargas familiares. Todos hablaban de trabajar aquí unos años e irse después. Tan sólo uno dijo claramente que se quedará aquí para siempre, el que estaba casado con una alemana (raro ejemplo, suelen ser las españolas las casadas con los alemanes, y si es alemana con español suelen vivir en España; no está comprobado científicamente, pero ésa es mi impresión). Éste era el que llevaba una vida más parecida a la de los alemanes: sus hijos van a una escuela estatal donde él mismo da voluntariamente clases de español, por las tardes van a clase de piano, de deporte. Todos están muy involucrados en todo. La vida muy organizada, tiempo libre incluido.

En lo que todos coincidían era en que lo peor es el clima. Gran verdad. Pero hasta a eso te acabas, si no por acostumbrar, al menos por resignar. Incluso mis padres, cuando me quejo del clima de Hamburgo, me recuerdan que aquí no tenemos contaminación y que podemos respirar, no como en Madrid. Entonces como siempre: ventajas y desventajas en todo según como se mire.

Lo que también dijeron los entrevistados fue que Hamburgo sorprende, porque nadie sabe nada de cómo es antes de venir. A mí me ocurrió lo mismo, y tiene lugares fascinantes. Pero no puedo decir que sea una ciudad a la que me sienta especialmente unida, con el corazón me refiero, y la misma impresión me dieron ayer los madrileños del programa: todo muy bonito, muy limpio, muy ordenado, pero... algo falta. Sea el sol, algo de desorden, o ambientillo cutre. Al final, ni lo perfecto es tan perfecto, ni el caos es tanto si conoces la forma de vida. Curioso sería el programa al revés: "Hamburgueses en Madrid". Creo que podría hacer una lista de las cosas que les molestarían o gustarían. Como negativo: el pan (los alemanes sin su pan negro de cereales no son nadie), los horarios, el ruido, la falta de seriedad... Como positivo: la fiesta, el sol ... Al final volvemos a los tópicos, como siempre.

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